Elecciones 2020 y coronavirus: una batalla en la que perderemos todos los venezolanos

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LOS PITAZO DEL DIRECTOR


Por: César Batiz

Tal como está previsto en la Constitución Nacional, este 6 de diciembre se realizará la elección para escoger a la nueva Asamblea Nacional. Sin embargo, este proceso comicial se encuentra, al igual que la presidencial de mayo de 2018, rodeado de cuestionamientos nacionales e internacionales, que presagian que su resultado profundizará la crisis política y social, por lo que el balance final será una derrota para todos los venezolanos y no la tabla de salvación, ni el puente a una transición pacífica esperada en medio de la pandemia del coronavirus.

A las dudas sobre el proceso que desalientan al elector, como la escogencia de los rectores del Consejo Nacional Electoral y el cambio de las directivas de AD, Primero Justicia y Voluntad Popular, se suma el coronavirus.

La reproducción cada vez mayor de los casos de COVID-19, que para este sábado 11 de julio superó la cifra de 9.000, inhibe la participación, sobre todo de aquellas personas que se encuentran entre la población de más de 60 años y con enfermedades crónicas. Pero también significa un riesgo para quienes por acatar órdenes, cumplir con una actividad o porque deseen votar, vayan a los centros electorales el 6D. 

Abstención sobre 60% e ilegitimidad

De partida, sin confianza en las autoridades electorales y con directivas de los partidos impuestas por el Tribunal Supremo de Justicia, el ánimo a participar en el 6D parece andar por el piso. En un estudio de opinión realizado por la empresa More Consulting entre el 18 y 23 de junio en el municipio Chacao, de los 602 encuestados solo 34,6% dijo estar dispuesto a ir a votar en una elección con un CNE nombrado por el TSJ, lo cual es un indicativo de que la abstención que se pudiera presentar en las principales zonas urbanas de Venezuela rondaría más de 60%. Por su puesto que eso pareciera estar en la aritmética del oficialismo, que se ha empeñado en desmotivar la participación.

Pero la primera consecuencia directa de eso es que, con o sin coronavirus, el gobierno de Nicolás Maduro y los parlamentarios que obtengan los curules el próximo 6 de diciembre, se mantendrán en el limbo de la ilegitimidad, por lo que si bien el oficialismo tendrá una Asamblea Nacional dócil, que no investigue nada y apruebe todo, será ineficiente en el propósito de legislar para atraer inversión extranjera o lograr la ayuda de multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, lo que significa más crisis económica y con ello la reactivación de la migración de venezolanos cuando pase la pandemia.


La reproducción cada vez mayor de los casos de COVID-19, que para este sábado 11 de julio superó la cifra de 9.000, inhibe la participación, sobre todo de aquellas personas que se encuentran entre la población de más de 60 años y con enfermedades crónicas

César Btaiz

Coincido con lo que  dijo el analista político Michael Penfold, hace dos semanas en la entrevista dada al periodista Hugo Prieto, para Prodavinci, quien identificó sintéticamente el propósito de la estrategia oficialista. Maduro busca descabezar a Juan Guaidó y al liderazgo de la oposición y “en segundo lugar, crear una oposición leal” con la elección del 6D. 

Lo más seguro es que lo logre, porque la opción de la continuidad administrativa que plantean factores cercanos a Guaidó, se diluye ante la fuerza del oficialismo. Además, de hacerlo, el hoy líder de la oposición violaría la Constitución. Al final el inquilino de Miraflores seguirá caminando sobre una fina capa de cristal, sostenido por sus virtudes, los errores de la oposición y alianzas perecederas. 

El riesgo de contagio sin bioseguridad

Para llegar al descabezamiento de Guaidó e instalar a la conveniente oposición, el oficialismo pondrá en riesgo la salud del personal de CNE, de los militares del Plan República, de los miembros de su partido y de los electores que deseen participar, eso si no se toman las medidas de bioseguridad necesarias para garantizar la salud de quienes participen en las diferentes fases del proceso comicial. 

No significa que las elecciones no se puedan realizar en medio de la pandemia del coronavirus. De acuerdo con las cifras que maneja el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), en el mundo se realizarán durante 2020, 18 procesos en el tiempo estimado, mientras otros 50 se postergaron. 

Un ejemplo que cita como exitoso el editor de Ideas for Democracy, Javier García Colino, es el de Corea del Sur, país que tomó medidas como permitir el voto a distancia, por correo, por adelantado, la toma de temperatura de los electores y dotación de tapabocas y guantes, así como la desinfección de las cabinas de votación el día de los comicios parlamentarios, el 15 de abril. La participación de los electores fue de 66%, la más alta en 28 años.

En entrevista con El Pitazo, el exrector Vicente Díaz, comentó que una elección “no es cualquier cosa, este es el evento logístico más importante de un país en tiempos de paz y que todo eso movilizado, lo único que genera es más pandemia. Es algo que tienen que valorar muy bien las autoridades electorales con todo el que esté involucrado en esto (los partidos, el Ministerio de Salud). Los derechos políticos son importantes, pero el primer derecho humano es el derecho a la vida, lo más importante es la vida de la gente”.

Apenas este sábado, el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, informó que 160 militares tienen el coronavirus. ¿Estarán tomando las medidas para que esa cifra no crezca antes, durante y después de la activación del Plan República?


De acuerdo con las cifras que maneja el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), en el mundo se realizarán durante 2020, 18 procesos en el tiempo estimado, mientras otros 50 se postergaron

César Batiz

En el entorno de Nicolás Maduro, dos personas como el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami; y el segundo al mando del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, informaron que salieron positivos en la prueba del COVID-19. Otros dirigentes políticos, entre ellos algunos que regularmente participan en la activación de la maquinaria roja, también presentan síntomas. ¿Cómo harán para realizar reuniones de planificación del equipo electoral sin extremar los cuidados? ¿Cómo será la campaña con distanciamiento físico y redes tecnológicas paupérrimas?

El periodista especializado en procesos electorales, Eugenio Martínez, publicó en Efecto Cocuyo que el cronograma electoral consta de 49 fases en las cuales existe riesgo de contagio del COVID-19. Una de esas actividades comienza este lunes 13 de julio, con la actualización del Registro Electoral hasta el 26 de este mes.

Al respecto, en su cuenta de Twitter (@Puzkas) agrega que el CNE no sigue las recomendaciones internacionales. En el caso del registro, señala que esos 13 días deberían ser más para evitar la aglomeración de personas. Por ahora, la rectora del ente electoral, Indira Alfonzo Izaguirre, solo ha garantizado que los funcionarios que participarán en esta fase no tienen coronavirus y que se tendrán los implementos para la desinfección. Pero el mismo periodista advierte que ya hay 11 empleados del órgano comicial contagiados. 

Tras presentar todos estos elementos, todo indica que la elección parlamentaria de este 2020 se efectuará en la fecha indicada. Ese empeño por hacerlas en contra de las circunstancias, evidentemente no responde al bienestar ciudadano, sino a la lectura oficialista de que es el momento para aplastar a la oposición encabezada por Guaidó, pese a que el proceso signifique para Maduro hundirse más en el fango de la ilegitimidad.

Si en 2012 el oficialismo sacrificó la salud de Chávez o al menos lo expuso al estrés de una campaña en medio de un cáncer terminal para mantener el control del poder que el mismo Maduro estuvo apunto de perder el 13 de abril de 2013, ahora somos todos los venezolanos que estaremos expuestos al riesgo de que la elección del 6D se convierta en un catalizador de la cadena de contagio.


CÉSAR BATIZ | @CBatiz

Periodista egresado de la Universidad del Zulia, especializado en Periodismo de Investigación. Director de El Pitazo.

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