El síndrome del padrote

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Por. Hugo Delgado Arévalo

El día después del 29 de mayo de 2022 para los colombianos resultó sorpresivo en varios aspectos de su política. Quien debía pasar a la segunda vuelta, Federico Gutiérrez, no lo hizo; quien debía recibir la cantidad de votos que le correspondía, Sergio Fajardo, no pudo; y quien esperaba ganar (obteniendo el 51% o más) en la primera vuelta, Gustavo Petro, tampoco lo logró. Ya lo había intentado en la consulta interna de sus respectivos pactos. En resumen, como dijo el politólogo zuliano, Jesús Sánchez Melean, este proceso solo demostró que el voto es emocional en un alto porcentaje, y esta experiencia lo evidenció.

Lo de Gustavo Petro no fue sorpresa. Se reafirmó el favoritismo obtenido en la consulta interna, el pasado 13 de marzo de 2022, cuando obtuvo el mayor porcentaje de votación en su coalición Pacto Histórico, de 4,5 millones de votantes. La novedad surgió con respecto a quién va a confrontarlo en la segunda vuelta el venidero  19 de junio de 2022: el ingeniero santandereano y exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández. Con  el 28,15%  (5,9 millones de votantes)  desplazó al favorito Federico Gutiérrez, que sumó 23,92% (5,057 millones de sufragio).

La contienda política neogranadina se ha convertido en una gran pelea de gallos, en la que poco importan la confrontación de ideas, y mucho menos se construyó alguna propuesta transformadora de la sociedad destinada a la construcción de un país incluyente, que reduzca las desigualdades y establezca las bases de un sistema judicial que rompa con la impunidad y los privilegios de las élites que han controlado históricamente el poder económico y político. Ese gran ideal sigue en deuda con un pueblo resentido y víctima de una violencia cruel.

Ya en la consulta interna y la elección de representantes y senadores,  del 13 de marzo de 2022, hubo un mensaje que pocos interpretaron. Los partidos tradicionales Liberal y Conservador lograron votaciones interesantes: el primero, logró 47 miembros (16 senadores y 32 representantes); el segundo, 16  y 16 respectivamente; mientras la coalición Pacto Histórico tiene 16 y 25, es decir que una alianza entre las organizaciones tradicionales bastaría para superar cualquiera de sus iniciativas. Si se incluye al Centro Democrático (11 y 16), la diferencia sería mayor. Es decir que en el fondo, la estructura social de Colombia  no cambió. Y esa tendencia histórica vuelve a reflejarse con la escogencia del “trumpsito”,  Rodolfo Hernández.

¿Qué sucedió entonces con el llamado a ser el líder del bloque antiPetro y de la centro derecha, Federico Gutiérrez?  ¿Exceso de confianza? ¿No transmitió suficiente liderazgo al electorado? ¿Falta de madurez política? ¿Lo afectaron factores con mayor incidencia como el resentimiento, la venganza o los negocios de los ya conocidos caciques de la política? O la gran interrogante: ¿Lo afectó la imagen de padrote de Rodolfo Hernández, de conservador, del anciano con carácter, de hombre antipoder —aunque todos los candidatos son parte del sistema—,  y del machista?

El discurso arrogante, incendiario, resentido y de incitador a la violencia, no cambió en Gustavo Petro. El ingeniero Rodolfo Hernández se dedicó a transmitir mensajes de denuncia de la corrupción, de no mentir, de traición e impunidad, además de mostrar su forma de vivir y venderse como el candidato antipoder, una forma de  identificarse con las mayorías que han criticado a los partidos y las élites que monopolizan la toma de decisiones. Federico Gutiérrez trató de aglutinar a la centroderecha y la izquierda moderada, pero no logró el objetivo. Y en el caso de Sergio Fajardo, su estrategia de ser el consenso en el espectro electoral falló,  además de ser centro de los ataques del petrismo que también lo afectó.

Los ataques contra Fajardo y Gutiérrez, por parte de Petro, dejaron el espacio libre para que un candidato que hace un mes aparecía bajo en la feria de encuestas que caracteriza al proceso colombiano, Rodolfo Hernández, ascendiera, ubicándose en segundo lugar en un par de semanas. Mientras los otros se desgastaron, el ingeniero creció y dio la sorpresa.

Según lo anunciado por Gutiérrez, Fajardo y Gómez (0,23%, 50 mil votos), habrá un pacto antiPetro, y los caminos conducirán al apoyo de Hernández. Si esto ocurre tendrá mucha oportunidad de ganar la segunda vuelta el próximo 19 de junio de 2022, pues la suma de la coalición se lo permitirá

HUGO DELGADO A.| @hdelgado10
Periodista. Editor de medios impresos y asesor de comunicaciones y relaciones públicas.

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