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viernes, 29 marzo, 2024

Derecho a la manifestación en Venezuela

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Por Yonatan Mustiola

En el año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas acordó que cada 18 de julio sería el Día Internacional de Nelson Mandela, en reconocimiento a la contribución del expresidiario y expresidente sudafricano, a una cultura de paz y libertad.

«He luchado contra la dominación de los blancos y contra la dominación de los negros. He deseado una democracia ideal y una sociedad libre, en la que todas las personas vivan en armonía y con iguales oportunidades. Es un ideal con el cual quiero vivir y lograr. Pero si fuese necesario, también sería un ideal por el cual estoy dispuesto a morir»

Estas palabras se hicieron célebres, por ser parte de la declaración en el juicio contra el preso político Nelson Mandela, quien fue condenado a cadena perpetua por los delitos de sabotaje y conspiración.

Nelson Mandela ¿Preso Político? o ¿Preso de Conciencia? Hoy día aún se discuten ambas definiciones. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, a través de una resolución del año 2012, estableció una serie de condiciones, para determinar que una persona privada de libertad pueda ser considerada como preso político.

Un preso o prisionero político, es una persona encarcelada sin haber cometido un delito tipificado en la ley, siendo apresada porque sus ideas suponen un desafío o una amenaza para el sistema político establecido en su país, sea este de la naturaleza que sea.

Mientras que un preso de conciencia, es un sujeto encarcelado por su raza, religión, orientación sexual o credo, siempre que no haya ejecutado actos violentos. Es decir, es un preso por discriminación. Esta definición de preso de conciencia fue acuñada por Amnistía Internacional a principios de la década de los 60.

Entonces ¿Preso de conciencia o preso político? En Venezuela eso es irrelevante, pues ambas definiciones son consecuencia de una misma situación, de un mismo hecho, que no es otro que el veto a la libertad de pensamiento por parte de un Estado que reprime, cuando ejerce su poderío contra el ciudadano.

¿Y cómo expresa su pensamiento un preso político o un preso de conciencia? Pues alzando su voz, protestando, manifestando su descontento.

Toda esta terminología la hemos tenido muy presente los venezolanos durante los últimos 5 años, el pasado 5 de agosto, la organización no gubernamental Justicia Venezolana, contabilizaba 211 militares presos por razones políticas.

Sobre esta situación no ha habido negociación o diálogo que valga, ni vistas de la ONU que causen un efecto positivo, más bien pareciera que la empeora, pues hoy ya contamos incluso con presos políticos fallecidos tras haber sido torturados. Además, que, mientras que por un lado liberan a unos cuantos presos políticos producto de una mesa de negociación, por otro lado, el gobierno sigue reprimiendo a la oposición y encarcelándola.

El derecho de reunión es un derecho humano de primera generación, el mismo, faculta a un grupo de personas a concurrir a un mismo lugar, pacíficamente y sin armas, para cualquier finalidad lícita. El derecho a reunión, a manifestación o protesta, no es más que el reconocimiento del pluralismo político y de la libertad de expresar nuestras propias opiniones en un estado democrático.

Acá en Venezuela no es la primera vez que debemos lidiar contra el Estado, no es la primera vez que tenemos presos políticos, protestas y gente torturada. Basta recordar la cárcel de La Rotunda, que funcionó como centro de tortura durante la dictadura Gomecista. O la Seguridad Nacional, organismo policial que sirvió a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

El diario la Vanguardia de México, consideró al movimiento hippie contra la Guerra de Vietnam en los Estados Unidos, en el año 1964, como una de las 10 protestas que cambiaron el mundo, al ser este un movimiento de protesta distinto a las acostumbradas marchas o concentraciones, dado su gran aporte cultural.

A mediados de julio de este año, tras develarse un chat privado del gobernador de Puerto Rico Ricardo Roselló, en el que se divulgan mensajes homofóbicos y ofensivos contra personalidades públicas, se iniciaron grandes protestas consistentes en conciertos, encabezadas por Residente, nombre artístico del cantante René Pérez, y otros famosos cantantes puertorriqueños como Ricky Martin, Bad Bunny y Ñengo Flow, donde solicitan la renuncia del gobernante. Estas protestas apenas se extendieron poco más de una semana, cuando se conoció de la dimisión del gobernador Roselló.

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Cuántas veces no escuchamos el hastío del venezolano de a pie, cuando es convocado a una marcha o a una concentración, ya que no ve resultados, de hecho, lo acabamos de ver con las convocatorias a marchas por parte de la oposición venezolana el pasado mes de noviembre ¿Será entonces que no sabemos que existen otras formas de protesta distintas?

El calificativo de “guarimbas y de guarimberos” para referirse a manifestantes en Venezuela, se empezó a emplear a finales de 2001 y terminó de entrar en el dialecto del venezolano, durante los hechos de abril de 2002.

Una “guarimba” según el Diccionario de americanismos de las Academias de la Lengua, es en el contexto de juegos infantiles, el lugar en el que los jugadores se ponen a salvo de una persecución. En el contexto de las protestas antigubernamentales en Venezuela, es la creación de refugios improvisados en calles, urbanizaciones o carreteras, para ponerse a salvo también de una persecución, en este caso del órgano de policía represor, que lejos de proteger al ciudadano, sólo lo persigue.

La represión policial en Venezuela durante este gobierno, no solamente se ha vuelto la historia sin fin, sino que con el pasar de los años la represión se ha reinventando de las formas más macabras posibles.

Se supone que tenemos un sistema penal garantista, en papel claro está, que por todas estas circunstancias políticas no se cumple ¿por qué? Porque no tenemos funcionarios probos, jueces honestos o fiscales que realmente actúen como parte de buena fe dentro del proceso penal.

En 1998 en Venezuela, los medios de comunicación se rindieron de inmediato ante los estudiantes desnudos pintados de azul. La marcha fue bautizada como la protesta creativa, frase sin significado en sí misma, pero que acompañó a todas y cada una de las acciones que desde ese momento se llevaron a cabo en contra del PLES (Proyecto de Ley de Educación Superior), y el proyecto de ley de hecho quedó condenado a ser engavetado. Pues, entre años de conflictividad, desde el Caracazo de 1989, los intentos de golpe de Estado de 1992, el segundo mandato presidencial del Dr. Rafael Caldera lleno de huelgas y de disturbios, los nudistas significaron una especie de reconciliación entre las acciones de presión de grupos de interés y la opinión pública. Y hoy, nuevamente los estudiantes alzan su voz, a los fines de preservar la autonomía universitaria, tras un fallo judicial del Tribunal Supremo de Justicia, que pretende imponer unas elecciones de autoridades, contrarias a la constitución y la ley.

Entonces, pareciera que esa efervescencia de los ucevistas del año 1998, que marcharon desnudos, con sus cuerpos pintados de azul, contra un proyecto de ley que vetaba la autonomía universitaria, se apagó.

Tal vez necesitamos hoy, un grupo de marchantes desnudos que encabecen una gran protesta creativa en Venezuela, y ver si ello termina de animar a aquellos que aún están un poco apesadumbrados o escépticos y que ven poco probable un cambio en el panorama político de Venezuela.

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