Foxconn hoy es un emblema. Una de las fábricas más grandes de tecnología de punta. Es la proveedora de la mayor cantidad de Iphone y de microprocesadores de la mayoría de los equipos tecnológicos en el planeta. Pues justamente ahí nacen las primeras protestas en China en 2022.
Por: Jesús Hermoso Fernández
El país que crea más millonarios en el mundo, se había convertido en ese lugar en el que rebelarse era inusual y extraño. Luego de Tiananmén, el silencio de Occidente estuvo acompañado de increíbles inversiones en un país en el que la esclavitud moderna era la “cara fea”, pero “necesaria” del capitalismo moderno, vista la caída sistemática de sus “beneficios” en otras latitudes.
Pero ese silencio fue el precio por aprovechar esa mano de obra disciplinada y feudal/despótica que había construido el régimen de Pekín, bajo un ropaje socialista/comunista.
Y justamente por eso, aprovecharon una jugada de doble banda, que se alimentó del resultado político que produjo el desarrollo del capitalismo en su fase más despiadada y liberal, justo en un país gobernado por la más ruin falsificación de un Partido Comunista.
Así, los grandes capitalistas de Occidente (similar a lo ocurrido en África con los minerales preciosos) no se mancharon las manos de sangre, la de los trabajadores hiperexplotados, al menos de forma directa, sino las de los supuestos comunistas.
Pero así fue. Occidente normalizó una dictadura severa y despreciable, que estableció un supercontrol social y la total invasión a la privacidad mediante tecnología. Además del uso eficiente de la violencia física y la desaparición, como medio para aprovechar las regalías que brindó la sociedad china de la “gran apertura”.
Apple, Amazon, Facebook, General Motors, Ford, Microsoft, Intel, Nokia y pare de contar, vendieron al mundo un inusitado desarrollo tecnológico, con grandiosas regalías obtenidas del sudor y sangre del pueblo chino, y el superdiscurso contra el comunismo, matando así dos pájaros de un tirito.
El verdadero origen
Foxconn hoy es un emblema. Una de las fábricas más grandes de tecnología de punta. Es la proveedora de la mayor cantidad de Iphone y de microprocesadores de la mayoría de los equipos tecnológicos en el planeta. Pues justamente ahí nacen las primeras protestas en China en 2022.
A simple vista, nacen contra el control sanitario. Pero, pese a la narrativa de los medios occidentales, no tienen origen en las medidas anti Covid, sino en las condiciones de explotación de los trabajadores, en sus salarios y en la lucha por reconquistar sus beneficios. Es la lucha de clases lo que en realidad encendió esa chispa. Pero hagamos algo de radiografía.
El miércoles, 23 de noviembre, estalló la protesta. “Cambiaron el contrato para que no pudiéramos recibir el pago que nos habían ofrecido. Además, nos ponen en cuarentena, pero no nos dan comida”, gritó un trabajador de Foxconn durante una transmisión en Douyin, una aplicación de TikTok para China.
Esta protesta se desarrolló de forma similar en varias fábricas de todo el país casi simultáneamente. Se suman la situación de sobrexplotación que sufren los trabajadores con las nuevas medidas de aislamiento y control sanitario.
Así fue como, días después, el 26 de noviembre, se enervan las protestas tras el incendio en Urumqi, capital de la región autónoma uigur de Xinjiang, en el oeste de China. Fallecen en condiciones infrahumanas 10 trabajadores, producto del aislamiento sanitario y las condiciones de hacinamiento a la que estaban obligados a vivir para poder trabajar.
Se extiende la chispa
Tras las denuncias de otros trabajadores y pese a la censura, las protestas de jóvenes universitarios y sectores sociales de diversos estratos socieconómicos, aunque principalmente trabajadores, se generalizaron. Destacan en las mejores reseñas de medios internacionales, las denuncias a las condiciones de trabajo, incluso más que las medidas sanitarias.
Pero fueron principalmente quienes tienen más acceso a la evasión de la censura los que pudieron convocar y protestar. ¡“No queremos PCR, queremos libertad”!, gritaban el 27 de noviembre miles de jóvenes y estudiantes en varios focos de protesta en toda China, pero con epicentro en Shanghái.
La prensa occidental inmediatamente catapultó unos folios en blanco (símbolo anticensura) como imagen de estas protestas, y no las condiciones laborales que le dieron origen. Pero hay datos que debemos tener en cuenta.
En agosto de este año, según la página estadística oec.world, EEUU importó $50,3MM desde China, con un balance comercial negativo de $37,4MM. Entre agosto 2021 y 2022 las importaciones de EEUU crecieron en $7,35MM (17,1%).
Esto estimuló un incremento en la producción china que, coincidiendo con un esperable incremento en los casos de Covid, obligó al régimen de Xi a endurecer medidas de sobrexplotación, acompañadas de control sanitario que afectó principalmente a los trabajadores.
Esto disparó la rabia en la población. Sin embargo, Apple ha manifestado su enorme preocupación por el retraso en la producción y distribución del nuevo Iphone 14.
Esa es la verdadera chispa, aunque aún no haya incendio. Destaca que, en las protestas, que tienden a ceder hoy tras medidas del régimen en lo superficial (ablandar medidas sanitarias), los himnos que se cantan son principalmente el himno comunista de La Internacional, que inicia diciendo “Arriba los pobres del mundo, de pie los esclavos sin pan”, y la Marcha de los Voluntarios, el himno chino, cuya letra dice “¡Levantaos, aquellos que rehúsan ser esclavos! / ¡Levantaos! ¡Levantaos! ¡Levantaos!”. Desde esa chispa habrá que analizar a Venezuela, con el salario más bajo del planeta.
JESÚS HERMOSO FERNÁNDEZ| @Jesus_Hermoso
Periodista de investigación. Editor. Escritor
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