Por Gregorio Rodríguez
La clase obrera venezolana padece y sufre hoy la peor situación de miseria y hambre de toda su historia, ni siquiera comparable con lo sucedido durante la II Guerra Mundial, el Viernes Negro de 1983 o el golpe de Estado y el sabotaje petrolero de 2002-2003.
Es bien sabido que los esfuerzos del Ejecutivo Nacional han sido insuficientes, como se dice popularmente, “pan para hoy y hambre para mañana”. En efecto, las políticas oficiales estrangulan duramente nuestro poder adquisitivo cada día.
De continuar así, nuestras humildes familias están destinadas a un futuro incierto, próximo a parecerse a aquellos pueblos del mundo que Dios ha abandonado, privándoles de los más elementales bienes materiales, vitales para la supervivencia humana.
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Señor Presidente Nicolás Maduro: Desde las bases de la clase obrera venezolana, exigimos un inmediato y digno ajuste para los salarios de los trabajadores en Venezuela. Es decir, exigimos ajustes de los salarios a salario internacional.
No solo es contradictorio sino también inaceptable y reprochable que un gobierno revolucionario, sin importar las circunstancias, imponga precios dolarizados a la economía, con lo cual aumentan los bienes y servicios de alimentos, salud, educación, vivienda, gasolina y otros,
Podríamos reconocer que el ajuste de precios en algunos rubros era un paso necesario. Pero el propósito superior de esas medidas no debe ser el de enriquecer aún más a los grandes capitales y el de empobrecer mucho más a la clase trabajadora. A estas alturas es público y notorio que la economía de nuestro país está dolarizada y así deben estarlo los sueldos de sus trabajadores.
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Los trabajadores permanecemos marginados por unas políticas salariales que lejos de fortalecer nuestro salario, lo expolia como lo hicieron con el memorandum 2792 y el decreto 9030.
Hoy todos los comedores industriales para los trabajadores permanecen cerrados; el seguro de HCM, a pesar de que sigue siendo descontado con puntualidad, solo existe para una élite; y las convenciones colectivas se las pasaron por el forro del paltó.
Los trabajadores venezolanos protestamos el trato de esclavos modernos que estámos recibiendo y levantamos nuestra airada voz de protesta.
Gregorio Rodríguez es dirigente nacional petrolero en oriente y representante del Movimiento Clasista la Jornada