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miércoles, 9 octubre, 2024

Caracas en el 2000: la canción que marca el inicio de un movimiento

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El más reciente tema de la cantante y compositora venezolana Elena Rose, junto a Danny Ocean y Jerry Di, nos traslada a tiempos mejores. No sé si esta canción pasará a la historia como el himno venezolano de estos tiempos, finalmente Caracas no es todo el país, pero sí constituye un parteaguas en la cultura venezolana contemporánea.

Por: Leonor Carolina Suárez

El 2000 fue un año trascendental a nivel global. Se acercaba un nuevo milenio y proliferó el misticismo. Recibimos aquel año entre la emoción y el pánico. El Y2K prometía que las computadoras se iban a detener mientras algunos aseguraban que finalmente Nostradamus tendría razón. Lo único que pasó al final es que una generación sería bautizada con aquel punto de referencia. Nacieron los ‘millenials’

En Venezuela, el 2000 sería el segundo año del gobierno de Hugo Chávez, la nueva Constitución estaba fresca y apenas nos recuperábamos de uno de los desastres naturales más grandes de nuestra historia, el deslave de La Guaira que acabó con gran parte de la zona del puerto en la cara costera del cerro el Ávila. 

Entonces, el recién electo gobierno del militar golpista se enfrentaba a su primer gran reto de gestión además del quiebre interno de la alianza política que lo llevó al poder. A pesar de sus desaciertos, contaba aún con credibilidad. La mayoría confiaba en el futuro del país bajo su mando, contaba con un 70% de apoyo popular

Elena Rose tenía cinco años, Danny Ocean y Jerry Di tenían ocho y yo quince. Yo estudiaba en un colegio al este de Caracas. Uno muy parecido al video de la canción que se hizo tendencia en estos días en Venezuela y que me hizo recordarlo. Caracas en el 2000 es el más reciente tema de la cantante y compositora venezolana Elena Rose junto a Danny Ocean y Jerry Di. 

Los venezolanos que hemos emigrado estamos sedientos de una conexión con la versión del país que queremos recordar y los que están adentro podemos suponer que también. Esto fue evidente durante los últimos años en medio del espejismo llamado “Venezuela se arregló”, idea que se vio facilitada por la dolarización de la economía. El refrescamiento de las condiciones económicas por la entrada de dólares y la disminución de la inseguridad producto de la crisis, permitió a algunos volver a pisar el país tras años de separación. 

Comenté este fenómeno en el primer texto que vio nacer esta columna. Allí hablaba del turismo emocional, visitar el país con la intención única de reconectar, de volver a los lugares del pasado. El colegio, la casa de los padres, las esquinas de la infancia, esas a las que la nostalgia de envejecer obliga a volver y que la diáspora nos robó. La canción y su video son un viaje a ese espacio patrocinado por el poder imaginativo de la música y el valor de un buen videoclip que le acompañe.

La pegajosa canción nos traslada a tiempos mejores, objetivamente mejores a los de hoy aunque entonces los venezolanos estaban hastiados de los políticos y habían recibido con ambos brazos los discursos antipartido de la campaña de 1998. 

Caracas en el año 2000 era el centro de una promesa de cambio desde un presente marcado por una inequidad creciente, pero nadie imaginaba que las profecías se cumplirían, no en el 2000. El país se rompería lenta y progresivamente en veinte años.

En una entrevista reciente, Elena dijo que la canción nació con la pista musical, un ritmo de fusión tropical creado por el productor colombiano DJ Maff. El track le recordó a la Caracas donde ella creció. Un lugar donde se podía andar en monopatín en la calle o salir corriendo a comprar un helado. Luego vino la canción que tardó tres años en salir y un video que se tomó más de un año en ser terminado. 

Los artistas que colaboraron en este tema sabían que escribían una carta de amor a Venezuela y que su video, dirigido por Beto Montenegro, el vocalista de la banda venezolana Rawayana, debía retratar esa época. Lo que no sabían es que sería un portaviones de emociones y mucho menos que tendría el potencial de convertirse en un himno.

“Estás siendo la voz de un mensaje que nos identifica en el mundo entero”, recordó Elena que le dijo un venezolano tras su presentación en los premios Rolling Stone en Miami, refiriéndose a Caracas en el 2000 estrenada unos días antes. En sus entrevistas, la cantautora se quiebra al hablar del esfuerzo por lograr el video. Para ellos significa plantar bandera sobre lo que algunos han dicho históricamente es la labor del arte: hacer cultura. 

No sé si esta canción pasará a la historia como el himno venezolano de estos tiempos, finalmente Caracas no es todo el país. Pero sí constituye un parteaguas en la cultura venezolana contemporánea. Un esfuerzo colaborativo de artistas criollos que no temen a mojarse en las aguas del comentario social y que ahora van conformando una escena. 

Caracas en el 2000 es lo que tanto faltaba para que después de años haciendo esfuerzos atomizados, y a pesar de los intentos del free-style nacional, finalmente el talento musical venezolano se convierta en un movimiento reconocido con identidad propia.

LEONOR CAROLINA SUÁREZ / X: @LeonorSuarez / Instagram: leocarosuarez

Estratega de contenidos, escritora y guionista radicada en EE UU. Licenciada Cum Laude en Derecho de la UCAB y máster en Comunicaciones de University of Florida. Cuenta con más de diez años de experiencia en periodismo digital y producción audiovisual. Fun fact: participó en Miss Venezuela 2004.

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