Por: Paulino Betancourt
La semana pasada, en un rutinario día en el Canal de Suez, un enorme buque portacontenedores (de los más grandes del mundo) pasaba rumbo al Mediterráneo. Súbitamente, una tormenta del desierto durante la noche oscureció el amanecer del martes y azotó al Ever Given de 400 metros de largo. Mirando por las ventanas del puente, el capitán del barco fue sorprendido al instante, inesperadamente una ráfaga de viento convirtió la pila de 17.000 contenedores en una gran vela, impulsando al barco fuera de trayectoria. “¡Mantenla firme!”, gritó el capitán, según indicaron las personas que escucharon la conversación en el puente. Pero este barco no puede maniobrar o detenerse de repente. Si algo sale mal, la tripulación tienen muy poco tiempo para reaccionar antes de que el barco encalle y el caos es casi inevitable, sobre todo teniendo en cuenta que la eslora de este barco (longitud de una embarcación) superaba con creces el ancho del canal. Fue así que los fuertes vientos y una tormenta de arena lo dejó atascado en el Canal de Suez, cortando el flujo de mercancías en el sistema circulatorio del comercio mundial.
Las dificultades para desatascar el Ever Given ha generado miles de memes, pero el daño económico no fue una broma. El Canal de Suez es la puerta de entrada para el movimiento de mercancías entre Europa y Asia, y fue responsable del tránsito de más de 19.000 barcos en 2019, lo que equivale a casi 1.250 millones de toneladas de carga. Se cree que esto representa alrededor del 13% del comercio mundial, por lo que cualquier atasco tiene un impacto significativo.
Mientras los ingenieros y científicos reflexionaban sobre el proceso de extracción del buque, la situación provocó un enorme, y tremendamente costoso, retraso en el transporte marítimo. El Canal de Suez es conocido por los expertos como un “punto de estrangulamiento”. Un punto de estrangulamiento posee tres características: debe estar en una ubicación estratégica, estar controlado por un pequeño número de países o un solo país (Egipto controla Suez) y finalmente, que un gran número de países dependan de ese paso. Los bienes fabricados en Asia viajan en barco a través de Suez en dirección a Europa, al igual que el petróleo. Un gran porcentaje del petróleo que necesita el mercado mundial, tiene que pasar por ese canal. El mundo ahora es testigo de lo que sucede cuando de repente un punto de estrangulamiento se cierra por completo, como un coágulo de sangre en una arteria.
Los investigadores en seguridad marítima, a menudo simulan incidentes como el atasco del Ever Given para comprender las probables consecuencias a corto y largo plazo. Les interesa saber qué otros factores pueden influir en un evento como este. Un elemento es la época del año. Otro elemento es el desnivel de las orillas del canal. Si el incidente hubiese ocurrido solo a unos kilómetros hacia el puerto marítimo de Suez donde termina el estrecho, el barco habría encallado en bancos compuestos de roca y no de arena. Un impacto aquí podría haber causado graves daños al casco, dificultando las operaciones de salvamento.
Volvamos al rescate del Ever Given, donde remolcadores, dragas y excavadoras estuvieron en el lugar tratando de desatorarlo. Los “rescatistas” actuaron con prudencia para garantizar que no hubiese más daños. La forma en que el barco estaba atascado, con la proa encallada, podía crear averías de envergadura sobre el casco del barco. Al final, la diferencia fue marcada por dos remolcadores de alta potencia, la aplicación de la palanca y una fuerza aún mayor: una marea que subió a su punto más alto con la luna llena (cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran alineados), y luego refluyó poderosamente, ayudando a liberar a Ever Given.
Las dificultades para desatascar el Ever Given ha generado miles de memes, pero el daño económico no fue una broma. El Canal de Suez es la puerta de entrada para el movimiento de mercancías entre Europa y Asia, y fue responsable del tránsito de más de 19.000 barcos en 2019, lo que equivale a casi 1.250 millones de toneladas de carga
Paulino Betancourt
La operación de una semana en el Canal de Suez había tenido problemas para progresar y parecía que podría extenderse durante semanas hasta el domingo, cuando la naturaleza y la logística se alinearon. Durante cinco largos días y noches, el equipo de trabajadores egipcios, holandeses y japoneses dragaron enormes cantidades de arena y trataron de sacar el barco para liberarlo, utilizando casi una docena de remolcadores ordinarios. Cuando la popa quedó libre el lunes por la mañana, y luego de los cálculos correspondientes, dejaron ingresar 2.000 toneladas de agua de lastre a la parte trasera del barco, para empujar la popa hacia abajo y levantar la proa. Hicieron una enorme palanca de 400 metros, para ayudar a alzar la parte delantera del barco que aún se encontraba encajada en los bancos de arcilla. En la física, la palanca tiene como función transmitir una fuerza utilizando un punto de apoyo. En palabras de Arquímedes, uno de los científicos más importantes de la antigüedad: “Dadme un punto de apoyo y moveré al mundo”.
Ese es el tipo de trabajo de cálculo que se hace necesario, determinar la posición exacta en la que se deben colocar los remolcadores, en qué dirección precisa debe estar jalando, a qué hora exacta, todo esto para que pudieran aprovechar al máximo la marea. Desde el momento en que encalló, los rescatistas tuvieron que esperar cinco días hasta que se dieran las condiciones, y una vez confluyeron, reflotaron al barco en un solo día.
Alrededor de las 3:00 pm del lunes, la proa del barco se reflotó, poniendo fin a una semana de operaciones que le costó al comercio mundial entre 6 mil millones y 10 mil millones de dólares por día. Si bien lo ocurrido, no fue idéntico a los escenarios de barcos atascados en 2016 y 2017 que han estudiado los investigadores, el incidente resalta por el tamaño y complejidad del barco, además de la dependencia de las rutas marítimas estrechas y riesgosas que fueron construidas hace décadas. El atasco del Ever Given tendrá implicaciones limitadas, pero incidentes como este podrían desencadenarse maliciosamente, causando impactos específicos o generalizados en el comercio. Necesitamos ser más conscientes de estas debilidades a medida que nuestro mundo se vuelve más interconectado.
PAULINO BETANCOURT | @p_betanco
Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat.