Por: Paulino Betancourt
Se requiere mucho ingenio para lograr avances científicos y el arte, al igual que la ciencia, es con la misma frecuencia una expresión (o un producto) de un proceso creativo. Consideremos la química detrás de las acuarelas que se mezclan en las proporciones correctas para crear una obra o imaginemos la danza de un quark (las partículas más pequeñas que el hombre ha logrado identificar) que nos presenta la física cuántica.
Desde los petroglifos del cerro Pintado en el estado Amazonas hasta las ecuaciones de Albert Einstein, el arte y la ciencia se permiten mutuamente profundizar en sus respectivas expresiones de la realidad. En abstracto, el arte se practica a menudo para dar sentido a nuestra realidad o para crear una manifestación del pensamiento del propio artista. La ciencia, por otro lado, es una exploración del mundo que nos rodea en un esfuerzo por encontrar verdades universales e indiscutibles. En palabras de Albert Einstein: “Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo el arte y la ciencia verdadera”. En resumen, se puede decir que el arte es a menudo introspectivo mientras que la ciencia es extrospectiva. El arte se emplea para comprender la conciencia mientras que la ciencia se usa para comprender la realidad externa.
Hay preguntas que aún son controvertidas: ¿Qué es el arte? ¿Qué es la ciencia? ¿Se pueden mezclar la verdad y la belleza? ¿Cuál es la conexión entre arte y ciencia? ¿Dónde se traza la línea divisoria? Creo que una de nuestras necesidades innatas más primitivas es comprender el mundo que nos rodea y luego compartir esa comprensión.
El químico Charles Percy Snow argumentó, en 1959, que la ciencia y las humanidades estaban evolucionando hacia dos culturas distintas. Vio esta separación como un gran obstáculo para el progreso de la sociedad humana. Le preocupaban los científicos que rehuían de la literatura y los artistas que ignoraban al método científico. Snow presagió, hace casi 60 años, sobre el perder los puentes que ayudan a que estas “dos culturas” confluyan. Pensó que el intelecto humano colectivo crecería si estos puentes sobrevivían. Hoy, el arte y la ciencia están más separados que nunca. Piense en un entomólogo y un artista de performance: ¿hay algo que vincule a estos dos individuos? En Venezuela es posible. Creamos espacios donde vinculamos la ciencia y el arte, se hace evidente al caminar por los espacios de la Ciudad Universitaria de Caracas o por los senderos del IVIC. En la actualidad, todos los espacios académicos y artísticos están en peligro. ¡Son tesoros que debemos preservar!
En el pasado, las revoluciones científicas a menudo fueron acompañadas de un auge artístico. ¿Un avance en la ciencia causa un desarrollo en el arte? ¿O la expresión creativa conduce a la experimentación científica? A menudo, estos movimientos son concurrentes porque las motivaciones detrás de ellos son las mismas. La prosperidad económica, la libertad ideológica, un gran intercambio cultural de ideas, la disponibilidad del equipamiento necesario y el desarrollo de habilidades, han contribuido al crecimiento de la expresión artística y científica.
En la ilustración científica el papel del arte en la ciencia es bastante evidente, destacándose en áreas como la biología, geología, etc., donde aún es de uso cotidiano. El trabajo de los ilustradores científicos nos rodea, desde dibujos rupestres de animales, libros de texto de ciencias, exhibiciones en museos, hasta pinturas de experimentos centenarios que nos muestran cómo se llevaron a cabo. El dicho dice “una imagen vale más que mil palabras” y esto es particularmente cierto cuando se trata de explicar conceptos científicos complicados, como lo hacen los ilustradores médicos que a menudo, representan procesos biológicos, anatomía interna y procedimientos quirúrgicos. Los paleoartistas usan evidencia científica para representar la vida prehistórica y son la razón principal por la que podemos identificar la diferencia entre un tiranosaurio y un estegosaurio.
Uno de los ejemplos más famosos de la interconexión entre el arte y la ciencia es la obra del maestro renacentista Leonardo da Vinci. No hay otra figura que capture el espíritu universalista del Renacimiento como Leonardo da Vinci, artista e inventor, todo al mismo tiempo. Si bien su Mona Lisa (La Gioconda) es probablemente el retrato más famoso jamás pintado, los dibujos científicos de da Vinci, están intrincadamente detallados y demuestran que no era menos hábil como inventor e investigador.
Mientras da Vinci realizaba sus propios experimentos y estudios, otros artistas estaban ansiosos por observar y documentar un conjunto de conocimientos científicos en rápida evolución. Por ejemplo, la pintura de Rembrandt La lección de anatomía muestra a un médico con un cadáver parcialmente diseccionado y espectadores interesados por comprender el funcionamiento del cuerpo humano.
Más allá del uso del arte para documentar el progreso científico, las pinturas de plantas tropicales de Marianne North sirven como registros históricos y científicos. Su trabajo trasciende los especímenes de plantas tradicionales, que se recolectan, secan, se conservan en herbarios y se utilizan para establecer un registro de especies. Si bien esas muestras documentan el descubrimiento y proporcionan un registro histórico necesario, las pinturas de colores brillantes de North dan vida a esas especies en sus hábitats naturales como parte de sus ecosistemas. Charles Darwin consideraba que las pinturas de North eran excelentes ejemplos de su teoría de la selección natural.
Otro ejemplo, es el vínculo entre el Movimiento Cubista y la Teoría de la Relatividad de Einstein. El cubismo es un movimiento artístico, iniciado por Pablo Picasso y Georges Braque, que comenzó alrededor de 1907. Los artistas utilizaron múltiples puntos de vista para deconstruir objetos y representarlos en formas geométricas. La Teoría de la Relatividad de Einstein cambió fundamentalmente nuestra comprensión del universo, separando al continuo espacio-tiempo, en tres dimensiones relacionadas con el espacio y una con el tiempo. Curiosamente, estos dos desarrollos sucedieron simultáneamente. El historiador de arte Paul Laporte indicó que, “en ambos, se abandonó el antiguo modo de prestar atención al cuerpo o la masa mientras se daba por sentado el modo de observación”. A igual que Carlos Cruz-Diez, uno de los máximos exponentes del cinetismo, que concibió el color como una realidad que se desarrolla en el tiempo y en el espacio sin ayuda de la forma.
A nuestro alrededor existen muchos ejemplos de arte que se cruzan con la ciencia, pero estos ilustran cómo el arte es crucial para ayudarnos a comprender nuestro legado científico y cómo la ciencia está bien servida al aplicar una mirada artística. Juntos, el arte y la ciencia nos ayudan a interpretar, comprender y explorar el mundo que nos rodea.
PAULINO BETANCOURT | @p_betanco
Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat