A los trabajadores: un pliego de demandas por salario y libertad

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Por: Jesús Hermoso Fernández

Los «preanuncios» de la dictadura de cara al próximo 1ro de mayo, encuentran a la clase trabajadora en medio de una realidad compleja que los obliga a dotarse de un pliego de demandas que se propone a continuación. La política económica de Maduro —siguiendo de manera consecuente el legado de Chávez— convirtió a los venezolanos en los peor pagados de América Latina y el mundo entero.

La crisis llevó a que la clase trabajadora fuese exprimida como nunca, además de ser reducida al mínimo. Mientras, los bajos salarios permitieron a los dueños de los medios de producción elevar sus ganancias y la tasa de plusvalía como en ningún país del continente.

El saqueo al que fue sometido el país, junto a la corrupción y la quiebra de la industria petrolera, condujo a la más grande crisis de la historia moderna. En Latinoamérica no tiene parangón y los más golpeados de este largo período han sido los trabajadores, quienes crean la riqueza y echan a andar el aparato de Estado que garantiza la reproducción social.

Luego de la desaparición forzosa de los salarios, y tras las evidentes condiciones de miseria a la que están sometidos los empleados públicos, pensionados y jubilados, apenas comienzan a recuperarlo gracias a las luchas libradas recientemente. La empresa privada, buscando acrecentar la competitividad y la productividad, ya había venido adelantando aumentos, haciendo que el contraste entre trabajadores públicos y privados fuese inmenso. Aunque muy por debajo de lo que establece la Constitución nacional en sus artículos 89 y 91, el salario hoy se asoma tímidamente en ambos casos.

El régimen chavista procuró la disminución del aparato de Estado mientras aumentó 4 a 1 el personal adscrito a la fuerza armada y las milicias, reduciendo el funcionariado a cerca de un millón de empleados públicos en labores de servicio social, salud o educación. En medio de una política económica incontrovertiblemente liberal y con el fin de pagar cabalmente la deuda pública a la gran banca, eliminó el salario y desapareció las prestaciones sociales para hacer “ahorros” que le permitieran cumplir con sus compromisos o, mejor dicho, sus ataduras.

Hoy, mientras la dictadura busca cumplir como siempre con los dueños del capital, Venezuela pudiera recibir el beneficio de un aumento inusitado de precios del crudo a más del doble de lo calculado para el Presupuesto Nacional 2022, lo que duplicaría sus ingresos por este concepto. Aunado a esto, la devastadora pugna interimperialista evidenciada con la invasión de Rusia a Ucrania, ha hecho que la producción petrolera vea posibilidades de un incremento sustancial, pudiendo elevar aún más los ingresos por este rubro.

Es por ello que la demanda de salarios suficientes para cubrir lo establecido en la propia Constitución nacional para los trabajadores, sobre todo los empleados del Estado, encuentra actualmente el mejor momento. Sin contar con lo recaudado vía impuestos y otros rubros como la minería en expansión, el Estado venezolano tendrá recursos excedentarios suficientes como para exigirle al régimen de Maduro la dignificación del salario a todos los niveles.

Pero no podemos ni debemos olvidar que enfrentamos una dictadura que quiere seguir estafando con el falso discurso socialista. Esto nos obliga a enfrentarla con gran firmeza política e ideológica y terminar de desenmascararla como el gran fraude de nuestra historia. Y, por supuesto, debemos seguir avanzando en las luchas por las reivindicaciones inmediatas.

Pero la lucha de los trabajadores debe apuntar estratégicamente al desalojo de Maduro del poder y por encauzarnos en el camino del progreso y el bienestar. La renuencia y resistencia de quienes quieren que todo siga igual —salir de Maduro y el chavismo para seguir haciendo la misma política— obliga a los trabajadores a enarbolar un programa con profundo sentido nacional y popular y hacerlo valer con la fuerza autónoma que otorga la conciencia política. Los trabajadores tienen el reto de ser nuevamente la vanguardia en la lucha política, social y popular de Venezuela.

El movimiento sindical, controlado durante décadas por sectores reformistas y desclasados, fue diezmado exprofeso por el chavismo. Por tanto, el rescate y fortalecimiento de su organización natural —el sindicato en las distintas escalas organizativas— es urgente para que asuma su papel de defensa de sus intereses, tanto los inmediatos como los de largo plazo.

El movimiento sindical del país se ha convertido en una entelequia con escasa capacidad de luchar por los intereses de los trabajadores. Una parte está en manos del régimen chavista y sus mafias —como adefesios serviles y genuflexos de la dictadura—, y la otra tímidamente ha resistido, pero conducida por sectores que, en su mayoría, no entienden el reto que tienen de liderar los intereses de la clase y no del patrono, privado o público.

El rescate del sindicalismo clasista debe hacer honor a los mártires de Chicago de 1886: “Por un mundo mejor, libre de la explotación del hombre por el hombre”. El rescate y renovación de la organización sindical debe darse con la mayor democracia y la participación activa de las bases en la toma de decisiones. Pero, además del rescate del sindicato, los trabajadores deben dotarse de exigencias concretas de cara a la coyuntura actual.

Los trabajadores requieren la unidad de clase condensada en un Pliego de Demandas que sea asumido por toda la sociedad. Reivindicar aspectos esenciales como el cumplimiento de la letra constitucional, salta como principal y, en torno de eso, deben girar las demandas inmediatas. Esta propuesta debiera ser asumida por todas las fuerzas sindicales, independientemente de las diferencias ideológicas y circunstanciales que puedan limitar la coincidencia y fraternidad que debe siempre imperar entre los trabajadores, a saber: 

✅ Aumento del salario mínimo acorde con lo establecido en los artículos 89 y 91 de la Constitución de la República. Cada sector deberá definir una exigencia y un monto concreto a partir de este artículo.

✅ Definición consensuada de una Canasta Básica oficial que permita el establecimiento de un monto y la indexación periódica correspondiente en cada sector.

✅ Homologación de la Pensión mínima a lo establecido en el artículo 91 y las jubilaciones con base en el último salario recibido, también en correspondencia con lo establecido en el artículo 91 y el artículo 80 de la Conatitución.

✅ Salarización de los bonos y pagos fuera de salario, tanto en la administración pública como en el sector privado.

✅ Rechazo a cualquier intención de privatización de la Seguridad Social.

✅ Repotenciar el Instituto Venezolano del Seguro Social mediante una importante inversión que restituya su función para la atención de: contingencias por vejez, invalidez, sobrevivientes, maternidad, enfermedad, accidente, pérdida involuntaria del empleo y, en general, protección de los trabajadores en situaciones de vulnerabilidad.

✅ Restituir la libertad y la autonomía sindical. Convocatoria general de renovación de todos los sindicatos y federaciones. El CNE solo puede ser facilitador y no decisor en las elecciones de los sindicatos y gremios.

✅ Libertad para los trabajadores y dirigentes sindicales presos injustificadamente y/o por razones políticas o de su función sindical.

✅ Restitución de derechos y salarios para los representantes sindicales de la administración pública, despedidos injustificadamente

✅ Restitución de la consulta y el diálogo tripartito efectivo para el establecimiento de las cláusulas contractuales.

✅ Renegociación de toda la deuda pública. Que los recursos extraordinarios al Presupuesto Nacional 2022 se dirijan exclusivamente a la restitución del salario, la reactivación de la economía mediante la inversión productiva y la atención especial en áreas jerárquicas como salud, educación y los pensionados y jubilados.

✅ Reducción del IVA y readecuación del Impuesto a las Grandes Transacciones en dólares a su correcta definición: “grandes transacciones” y no ventas al detal.

✅ Canalización del ahorro social a la inversión productiva mediante la recuperación del crédito público y privado, dirigido a la recuperación de la producción agropecuaria y el impulso de la pequeña y mediana industria.

JESÚS HERMOSO FERNÁNDEZ| @Jesus_Hermoso
Periodista de investigación. Editor. Escritor

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