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jueves, 28 marzo, 2024

Zulia | Muere paciente renal por falta de diálisis en el HUM

La paciente tenía tres meses hospitalizada, pero no tenía cupo fijo en la unidad de diálisis del Hospital. Tenía 10 días sin orinar y rogaba que la conectaran a la máquina

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Nelly de Boscán tenía 48 años, 10 días sin poder orinar y 10 días sin diálisis. La última vez que la conectaron a una máquina fue el pasado 4 de mayo. Estaba hospitalizada desde el 28 de enero de 2020 en el Hospital Universitario de Maracaibo (HUM) y el pasado martes, 12 de mayo, murió.

“Se puso malita, yo les pedía a los doctores que la ayudaran, que ella lo que necesitaba era una diálisis y ellos me daban la razón, pero le colapsó el riñón”, con la voz quebrada y la rabia intacta, Gabriel Boscán, esposo de Nelly, contó sobre los días de agonía que pasaron en el hospital.

El 10 de mayo, Nelly habló por teléfono con El Pitazo y dijo: “Ya no hallo cómo rogarles que me la hagan”, dos días después falleció.

Su esposo contó que era diabética desde que tenía 11 años, que ya de adulta se le redujo el tamaño de uno de sus riñones y que por “un mal tratamiento con hierro que le suministraron en el Hospital de Santa Rita se le colapsó el otro riñón”. Eso hizo que la glucosa le llegara a 600 miligramos cuando lo normal es 110 y la creatinina le subió a 11, cuando lo normal está entre 0.7 a 1.3 miligramos.

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“Por eso la llevamos de emergencia al Universitario en enero y allí estuvimos. Pero las últimas semanas se puso muy mal, no orinaba, estaba muy inflamada y no la dializaban. Allí fue donde ocurrió la falla”, indicó.

Gabriel comentó que, si bien en el hospital Universitario hay una Unidad de Diálisis, solo atienden a los que están registrados por el Seguro Social y cuando dializan a un paciente hospitalizado, es porque alguno no fue a su turno. “Ella no era paciente fija porque ella había entrado era por emergencia. Yo les decía a los médicos: Yo no soy doctor, pero lo que ella está necesitando es una diálisis. Casi como un ruego”.

El esposo de Nelly contó que los médicos le daban la razón, pero que no había cupos.

En el Universitario hay tres turnos para dializar a los pacientes fijos, pero desde que comenzó la cuarentena por el COVID-19 en la mañana van todos los pacientes.

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“Los que faltan, a veces, son los de la tarde, por causa de la situación que estamos viviendo, porque algunos no tienen carro o no tienen cómo comprar gasolina y no tienen cómo llegar, entonces se les hace difícil. Si alguno no llega, meten a los pacientes de los de emergencia”, relató.

Lamentó que, así como su esposa, hay otros pacientes en situación similar. “Hay como 30”, puntualizó.

El día que murió Nelly tuvo que bajarla sentada en una silla de ruedas porque no hay camilleros, ni camillas. “Yo a mi esposa la saqué muerta un poco más de las 6:00 de la mañana porque allí no hay camilleros, allí no hay una camilla para bajar a una persona y la tuve que bajar por las escaleras en una silla de ruedas. Allá quedaron llorando los otros pacientes porque no los están dializando y no les dan esperanzas”, aseveró.

No todos los que están esperando diálisis están en la misma situación de Nelly, pero todos tienen miedo. “Yo vi que los que lloraban lo hacían no solo porque ella se había muerto y la iban a extrañar después de estar tres meses compartiendo juntos. Yo lo que vi en sus rostros era que estaban espantados porque podría tocarles a ellos”, dijo Boscán.

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Pero no solo Nelly, como paciente renal, falleció esta semana en Maracaibo. En el Centro de Diagnóstico de Occidente, otro centro de diálisis, murieron seis personas en dos semanas, contó Humberto Abreu, quien va cada tres días a conectarse en la máquina. Tiene 27 años y hace cinco años es paciente renal.

Dijo que la mayoría vivía en zonas foráneas y trasladarse hasta Maracaibo era complicado. A los que tienen vehículo como trasladarse les surten gasolina cada domingo, pero quienes no tienen carro, padecen para llegar al sitio.

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