Santa Bárbara de Zulia.- La creciente y posterior desbordamiento del río Capiú, en la parroquia Gibraltar del municipio Sucre del estado Zulia, afecta a 280 familias que residen en zonas agrícolas.
Así lo informan a El Pitazo productores que resultaron afectados desde la tarde del domingo 8 de noviembre. Cuentan este lunes 9 del mismo mes que el agua salió por un boquete ante la falta de mantenimiento hidráulico a los desagües.
Yulimar Ramírez, miembro de una de las 16 cooperativas agrícolas cuyas tierras están inundadas, atribuyó el colapso a la ausencia de planes de saneamiento ambiental. “No hay limpieza de canales principales ni secundarios, ni canalización del río”, se queja la dama con voz quebrada por el llanto, vía telefónica con El Pitazo.
El agua del caudal inundó las parcelas donde hace un año atrás ella y otros agricultores sembraron plátano, yuca, frutales y otros comestibles. “Las familias también abandonaron las casas de sus parcelas por la salida del río”, remarca. Según dice no tienen donde cocinar ni dormir. El agua es por desgracia su único acompañante.
El río Capiú no sólo devasta el aparato agroproductivo que tanto les ha costado mantener sino que también algunos animales para la cría y engorde se ahogaron entre el afluente. No contabilizan cifras precisas.
“Tuve que dejar la casa con mi esposo, mi hermana y mi padre para salvaguardar la vida de mis hijos; no estamos seguros. Todo el trabajo está destruido en menos de una hora de inundación”, lamenta Yulimar.
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Ella sólo espera que las autoridades a las cuales les compete la situación se apersonen. Para ella sólo ha habido promesas de quienes gobiernan o aspiran un cargo. “Nunca hay máquinas, somos nosotros los afectados los que corremos con los gastos cuando se desbordan los ríos. Es hora que den la cara”, declara indignada.
Es la quinta ocasión, durante el año 2020 en la que las aguas del río Capiú anegan las siembras, pero es la primera vez en que las viviendas están atestadas de agua y sus ocupantes se ven obligados a buscar sitios seguros y temen perder sus enseres. “No somos un fantasma, necesitamos una ayuda”, clama la afectada en la zona Sur del Lago.
De no tomar acciones se desencadenarán plagas de insectos y enfermedades endémicas. Se conoció que el constituyente Guly Berth Antúnez intenta movilizar una maquinaria. En Sucre, además de Gigraltar está inundado el pueblo de San José en Heras y Changaleto en la parroquia Rómulo Gallegos.