San Felipe.- Ocho años tiene paralizada la obra de autoconstrucción de casas asignada al sector Coa en San Felipe, estado Yaracuy.
El proyecto, que sería construido a través del Programa Regional Mi Vivienda Aprender Haciendo, por medio del Instituto de Hábitat y Vivienda del estado Yaracuy (Ihavey), actualmente está desvalijado, producto del vandalismo que reina en la zona popular: la delincuencia, poco a poco, ha hurtado los materiales para la construcción asignados a aproximadamente ocho viviendas aisladas.
Vecinos del sector Coa, entre ellos Ana Castillo, Mariela Gil y Susana Graterol, hicieron este 25 de febrero un llamado a los beneficiarios de las señaladas casas a hacer diligencias para que la obra sea concluida lo antes posible, pues los inmuebles se están convirtiendo en guarida para delincuentes, ya que en muchas de estas infraestructuras se han localizado objetos hurtados de casas vecinas.
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Asimismo, explican que en la comunidad hay muchas familias que requieren de una casa, porque viven en hacinamiento y en la comunidad hay viviendas a medio construir por el Gobierno regional.
El material se entregó
En conversaciones con dos voceros sectoriales, quienes prefirieron no ser identificados, estos alegaron que a cada beneficiario se le entregó más de 75% de los materiales para la construcción y que ellos mismos tenían la responsabilidad de velar por el material.
Denunciaron que muchas de las familias a las cuales se les había asignado una vivienda aparentemente vendieron las cabillas, láminas de acerolit, salas sanitarias, cemento y otros materiales, mientras que otros beneficiarios no culminaron la construcción de su casa.
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«El Gobierno regional aportó a los beneficiarios asistencia técnica y los materiales de construcción», dijo una vocera comunal y señaló que este caso fue denunciado ante las autoridades regionales, pues el proyecto de construcción de vivienda debió inaugurarse en septiembre de 2015.
El dinero no alcanzaba
Uno de los beneficiarios justificó que no culminó su casa por no contar con recursos para pagar los servicios de un albañil experimentado.
«Para aquella época, el gobernador Julio León nos ofreció, a través del Ihavey, asesoría técnica para construir nuestras viviendas; asesoría que, aparentemente, nunca se dio, por lo que muchos de los beneficiarios no sabíamos cómo pegar los bloques o colocar los marcos de ventanas y puertas», dijo. Aseguró que esa obra fue dejada a la «buena de Dios» y que muchos de los adjudicados siguen viviendo en casas de sus familiares.