En el barrio Valle Encantado, ubicado en el municipio San Francisco del estado Zulia, las necesidades no satisfechas son muchas, pero hay una sentida que sufren particularmente las 100 familias que hacen vida en este sector: la carencia parcial o total de agua en sus viviendas.
Durante la proyección de vídeos informativos de El Pitazo, El Chigüire Bipolar y el Betulio Tv, además de la película infantil Ralph el Demoledor y pinta caritas que disfrutaron más de 60 niños, niñas y adolescentes junto a sus representes y la Asociación Civil Mediosur este 25 de enero, los vecinos manifestaron sus preocupaciones relacionadas a la ausencia del agua.
Una de ellas fue Yuletsi Vera, quién contó que con frecuencia los niños se acuestan sin bañar porque no pueden asearse ante la falta de agua. «Cada tres o cuatro días tenemos que comprarle agua a un vecino. Cada pipa (tonel) cuesta 10.000 bolívares en efectivo y necesitamos, mínimo, cuatro o cinco. Cuando no tenemos dinero tratamos de pagarle con medio kilito de arroz o de harina, pero es muy difícil».
El sector en el que residen familias desde hace más de 40 años, cuenta con red de tuberías, dicen los vecinos, pero denuncian que hace años no llega ni una gota.
Señalan que la carencia de agua limita sus actividades cotidianas. Los obliga a ausentarse en el trabajo y dejan de enviar a los niños a la escuela. «No podemos lavar la ropa, ni los corotos. Debemos ahorrar al máximo», cuenta una vecina.
En el mejor de los casos, compran agua dos veces a la semana, pero cuando no lo logran, se ven obligados a caminar largas distancias hasta una toma ubicada en la Cañada La Silva y luego regresar cargando con el peso de los envases que logran llenar. Esto lo hacen niños, niñas, adolescentes, mujeres, adultos mayores y hasta mujeres embarazadas.
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Benita Duarte, de 62 años, es una de ellas. Cuenta que con frecuencia le duele la espalda, las piernas y la cabeza. Reclama que funcionarios de la Alcaldía de San Francisco y de la Hidrológica del Lago de Maracaibo (Hidrolago) fueron un par de veces hasta el sector a tomar fotos y a medir, “pero se les olvidó», porque no regresaron. Los camiones cisternas tampoco quieren ir a la barriada porque temen que en medio de las calles de arena y escombros se les explote un caucho.
La mayoría de las familias, que residen en viviendas humildes y en donde el hambre hace de las suyas, reiteran que otros de los males que sufren es el de la ausencia total del servicio de aseo urbano. «Desde hace 10 años no pasa el camión que llegaba a la avenida. Tenemos que tirar la basura en cañadas cercanas. A veces en la madrugada algunas personas la queman y tanto los niños, como nosotros, comenzamos a ahogarnos por el humo», explica una mujer de 65 años que lo único que comió durante todo el día fueron tres cambures.
Los vecinos claman a la Alcaldía de San Francisco y a la Gobernación del Zulia que solucione los problemas que sufren y alumbren las calles. «Entre todas las cosas que necesitamos, la más urgente es la del agua. Aquí hay muchos niños y mujeres. Cuando tienen la menstruación todo es más complicado, porque les cuesta mantener la higiene».