Caracas.- En septiembre de 2020, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) confirmó una filtración de crudo y de gas en un corredor marítimo que alimenta al mayor centro refinador del país. Se trataba del primer incidente del que alertaban pescadores a las autoridades.
En ese momento, la estatal explicó que confirmó el derrame vía inspección aérea y procedió de inmediato a la corrección de las fugas para minimizar así el impacto al ecosistema.
Para enero de 2021, pescadores del estado Falcón alertaron a Pdvsa sobre dos fugas que había en las líneas de oleoductos que llevan crudo y gas a las refinerías Cardón y Amuay del Complejo Refinador Paraguaná (CRP) en la entidad. La situación la registraron durante su faena diaria.
Una fuente ligada al trabajo confirmó, en medio del hecho, que Pdvsa tenía previsto iniciar los trabajos de reparación lo antes posible para detener la alta contaminación de crudo que nuevamente afecta la costa, así como la fuga de gas que era peligrosa, porque podía darse una explosión en la zona. Era la segunda fuga de gas desde 2020.
El domingo 10 de julio, los pescadores de Paraguaná avistaron lo que sería la tercera fuga de gas de la tubería que lleva suministro de la refinería Bajo Grande al CRP. Está ubicada a casi dos kilómetros de Tiguadare y a casi una milla de Zazárida.
Esas tuberías que llevan gas y petróleo desde Zulia hasta Falcón forman parte del proyecto de Suministro Zulia-Falcón (Sufaz); están ancladas en el mar y atraviesan todo el golfete de Coro. Según trabajadores petroleros, la falta de mantenimiento hizo que el proyecto presente fugas que no son detectadas a tiempo.