Por Andrea Barrios
Trabajadores del Hospital Central Antonio María Pineda, de Barquisimeto, solicitaron el 6 de enero al Gobernador del estado Lara sueldos dignos para el personal obrero, administrativo, médicos y enfermeras, a quienes se les exige cumplir el horario laboral completo y uniforme a pesar de recibir salarios «de hambre».
Julio César Marín, presidente del Sindicato de Empleados Públicos del estado Lara (Sepeel), mencionó que las condiciones de trabajo son «infrahumanas por la falta de equipos e instrumentos, lo que ha conllevado a la renuncia del personal”, el cual según sus cifras, pasó de 35.000, en el 2017, a 17.000 a la fecha, alrededor de un 48% menos.
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Explicó que nada más para cubrir los gastos de transporte diario hacia el principal centro asistencial de la entidad, los trabajadores deben contar con al menos cuatro salarios mínimos.
En representación del área administrativa Yetsenia Aguero, analista de personal, detalló: “Estamos gastando más de lo que ganamos y de paso, nos están presionando para venir a trabajar todos los días, como debería ser, pero con un sueldo digno. Los 130 bolívares que nos pagan al mes es una humillación”.
Agregó que, para realizar su trabajo debe pedir a conocidos, a través de redes sociales, hojas de papel reciclado para llevar las cifras diarias de forma manual.
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Situación de médicos y enfermeras
Por parte del sector médico, la doctora Deyanira Gentile, especialista en medicina interna e intensivista, explicó que su gremio también se encuentra en una situación similar.
“Así como los trabajadores obreros y administrativos, los médicos estamos devengando sueldos miserables, sobre todo nuestras enfermeras y residentes internos quienes tienen dedicación exclusiva en el hospital. Cuentan para cubrir sus necesidades básicas con un sueldo insignificante que ronda los 30 dólares mensuales”, detalló.
Situación del personal obrero
Laureano Rivero, de la nómina del personal obrero, comentó que gana apenas 130 bolívares mensuales lo que califica como una situación “lamentable, porque además de eso, a lo que la gobernación llama remuneración, vivimos en un constante acoso laboral por parte de los jefes de personal”.
Los manifestantes dijeron que la mayor parte del personal no asistió a la convocatoria por temor a represalias por parte de las autoridades del centro asistencial. Hicieron un llamado a los entes gubernamentales a tener conciencia sobre esta situación, porque ellos no reciben “ventajas del presupuesto público, como lo hacen sus jefes”, aseveró Robert Sánchez, secretario general de Sepeel.