Santa Bárbara de Zulia.- La crisis humanitaria que vive Venezuela se palpa en cada centro de salud y consultorio. Los pacientes de la región occidental dicen que un ingreso mínimo no alcanza para costear los gastos médicos, los cuales se elevan a diario ante la acentuada hiperinflación.
Esa es la preocupación diaria de Alis Vera, de 70 años y residenciada en la calle Los Guajiros de Encontrados, capital del municipio Catatumbo. Uno de sus hijos debe llevarla hasta Santa Bárbara de Zulia, municipio Colón, porque en la jurisdicción donde habita no hay cardiólogos y solo hay tres especialistas que acuden una vez por semana.
Para tratar su condición de salud, diagnosticada desde que tenía 30 años de edad, su corazón debe ser evaluado y a su vez los galenos chequean su tensión arterial para asignarle un tratamiento.
Por la consulta en un centro privado, a Alis le cobraron 70.000 bolívares, casi el doble del salario mínimo nacional, que se ubica en Bs. 40.000. Ella aseguró que las medicinas que toma de por vida para controlar la tensión arterial no se consiguen en las siete farmacias de la población donde reside en el Sur del Lago.
LEE TAMBIÉN:
ARRERAZA ASEGURA QUE DIVISAS BLOQUEADAS POR EEUU ERAN PARA MEDICINAS Y ALIMENTOS
«El día que las consigo, debo comprarlas demasiado caras y por eso mis hijos compran los pesos y se trasladan a Puerto Santander o Cúcuta, en Colombia; de lo contrario, todo acá es escaso o vale demasiado y uno no tiene dinero. Mucha gente de Encontrados está padeciendo muchas enfermedades y allá no hay médicos ni nada», refirió.
Vera le dijo a El Pitazo que el ambulatorio principal de Encontrados, cuya administración depende de la Gobernación de Zulia, carece de insumos para tratar emergencias y si van a las farmacias tampoco obtienen las fórmulas.
“De conseguirlas, valen un realero», advierte la dama, quien salió bien en su ecocardiograma. Otros pacientes reconocieron que en los últimos dos meses el costo de pastillas, soluciones y demás insumos se triplicó.
De acuerdo con José Picón, de 45 años, quien tiene tres hijos y emprendió una panadería, necesita 33.000 bolívares para su medicina, y también para regular el sistema circulatorio.
«Desde hace dos meses en la farmacia las aumentan cada mes. «Uno hace el sacrificio, pero hay quienes no tienen ni para comer, menos para una medicina», dijo el habitante de Santa Teresa, una barriada conocida como La Perrera, al sudeste de Santa Bárbara de Zulia.
«Aquí acudimos a una clínica privada porque en los hospitales, además que no hay nada, no hay especialistas. Esto es duro, lo que vivimos, y nada parece mejorar», declaró el comerciante.
Costean tratamientos con remesas
Amanda Fereira, de 54 años y habitante del sector Andrés Eloy Blanco, en Colón, reconoció mientras contenía el dolor en la rodilla izquierda, que el tratamiento para mitigar los efectos de la artrosis, lo pudo costear con apoyo de su hija Neritza, establecida en Chile.
Pagó 40.000 bolívares porque el médico infiltrara el área afectada, aunque por las tres inyecciones de Suprayal pagó un millón de pesos colombianos. Cada ampolla costó 300.000 pesos y a eso le sumó el traslado y logística necesaria para ir y venir desde Colombia.
Magdalena Pérez, otra ama de casa, residenciada en Juan de Dios González, en San Carlos de Zulia, dijo que tres de sus hijos en el exterior, uno en Chile y dos en Colombia, le mandan dinero para que ella pueda tratar sus dolencias en los hombros.
Para cada plasmoterapia, valorada en 90.000 bolívares, debió esperar las remesas. «Si no fuera por ellos, aquí en este país ya uno no puede hacerse nada en los hospitales», lamentó.
También le preocupa que debe hacerse una intervención quirúrgica en el útero. Ingiere calcio y un frasco de grajeas cuyo valor es de 52.000 bolívares y sirve para tratar su cuadro de osteoporosis.