Guanare.- Entre 150 y 200 dólares podrían gastar los padres y representantes para garantizar el retorno a clases de sus hijos en el estado Portuguesa, una región agroproductiva de los llanos venezolanos.
El testimonio de Andreína Pastor, en Acarigua Araure, revela que para hacerse de uniformes y útiles escolares, muchos padres han aplicado rifas y compras por cuotas programadas. «De un solo tirón y sin salarios dignos no se puede comprar todo», dijo.
Pastor gastó 65 dólares en los uniformes para su hijo, que cursará quinto grado de educación básica. Relató que parte del dinero ahorrado lo dividió para gastos entre el mono de deporte, la franela blanca, los zapatos, la chemise, el pantalón de gabardina y una correa.
Al gasto de uniformes, Pastor tuvo que agregar cerca de 18 dólares para adquirir las libretas de una, dos líneas y cuadriculada. Además del bloc de pintura, sacapuntas, borrador y una caja de lápices.
Pero el gasto de Pastor no concluyó allí. Tuvo que desembolsar 80 dólares más para adquirir un juego de escuadras, compás, una caja de colores, pinturas al frío, hojas blancas y para examen, papel Bond, papel contac, etiquetas, marcadores y pega blanca. A ello le sumó el costo del morral y lonchera con su respectivo termo.
Estuve trabajando duro por tres meses para reunir el dinero. Invertí en un electrodoméstico para hacer una rifa y multiplicar los bolívares. No es fácil garantizar los insumos básicos para que tu hijo estudie sin limitaciones, aseguró a El Pitazo.
Pastor ha vendido empanadas y cachapas desde julio para reunir el dinero. «La lista de requerimientos básicos es incomprable», argumenta. Lleva varias semanas pescando ofertas y no logra una fórmula para abaratar los costos. «Las ferias escolares desaparecieron», aseguró.
En Guanare, la capital de la entidad, El Pitazo conoció la experiencia de María Luisana Picón, una repostera que matriculó a su hijo de seis años en el Colegio Ecologista Simón Rodríguez. En esta institución privada, cursará primer grado de educación básica.
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Solo para garantizar el ingreso del alumno, Picón gastó 120 dólares, lo equivalente a inscripción, mensualidad de septiembre y uniformes, estos los vende directamente el colegio.
Adicional a ese gasto, Picón invirtió cerca de 30 dólares en útiles escolares y zapatos. El calzado más económico que consiguió costó 10 dólares.
La lista de útiles que compró Picón: un cuaderno o libreta para ciencias sociales y naturales, uno de una línea para lenguaje, uno doble línea para caligrafía y uno cuadriculado para matemáticas.
En las áreas de formación especial: poesía y literatura; jardinería y botánica; inglés, música, educación física y deporte, y ecología y vida, al niño le pidieron cuadernos o libretas sencillas, cuyo costo por unidad fue de 0,30 dólares cada uno. En esa lista no faltaron lápices, sacapuntas, borrador y colores.
La lista para primer grado, del colegio Simón Rodríguez, no me resultó tan onerosa, destacó Picón, pero se lamentó de que hayan desaparecido las ferias escolares. «Ni las del Gobierno ni las de los comerciantes asiáticos abrieron este año», precisó.
Clases 3 días por semana
Las madres entrevistadas señalaron a El Pitazo que desean la normalidad en el año escolar 2024-2025. Consideran justas las exigencias salariales de los maestros, pero aspiran a clases durante toda la semana. «Ya se nos ha informado que solo habrá clases 3 veces a la semana y eso es preocupante», apuntó Andreína Pastor.
En ese sentido, el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Educación (SITE), filial de Federación de Trabajadores Sindicalizados de la Educación (Fetrasined) en el estado Portuguesa, Iván Bravo, exhortó al Gobierno nacional a mejorar los salarios este nuevo año escolar. Aseguró que «los docentes quieren trabajar todos los días, cumplir sus funciones 100 %, pero es necesaria la revisión del salario por parte del Ejecutivo».
En estos momentos los educadores no tenemos para mantener a nuestras familias, no nos alcanza para vivir, mucho menos para pagar pasajes, uniformes, costear los gastos básicos necesarios», expresó Bravo en entrevista con el medio local Portuguesa Reporta.
Señaló que el magisterio venezolano, con mística, vocación y dedicación, quiere trabajar, «poner su granito de arena a esta nuestra patria», no obstante, en estas condiciones socioeconómicas «se hace difícil hacerlo».
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