“El bolívar es periódico de ayer, ni Maduro lo quiere”, expresó un comerciante, de Casigua El Cubo, municipio Jesús María Semprún, al Sur del Lago de Maracaibo.
El hombre que vende productos de aseo personal y prefirió reservar su identidad, explicó a El Pitazo, que el peso colombiano es la moneda que circula con total normalidad en el municipio zuliano, fronterizo con Colombia.
“Aquí todo lo se vende lo traemos de Colombia, por lo tanto no podemos vender en bolívares absolutamente nada, porque el Colombia no reciben billetes venezolano de ninguna denominación”, comentó el vendedor.
Las mercancías que se comercializan en Casigua el Cubo, el Cruce y todas las zonas de Jesús María Semprún, casi en su totalidad, son provenientes de Colombia e ingresan a territorio venezolano por pasos ilegales o trochas.
Acostumbrados
Katy Hernández, habitante de Casigua el Cubo, expresó a El Pitazo: “Ya estamos acostumbrados, compramos y vendemos en pesos, el bolívar hace mucho que no se ve por aquí. En los bancos nunca hay efectivo, y si hay ya nadie lo retira, nadie los acepta”.
La compra de una bebida gaseosa de dos litros se efectúa por 3.000 pesos colombianos, unos 6.000 bolívares, efectuando la conversión a razón de 0.5 bolívares por pesos, una tasa de cambio que varía a diario, siempre tendiendo a la devaluación de la moneda venezolana.
Un kilogramo de queso blanco cuesta 8.000 pesos en Casigua, un jabón de baño puede comprarse entre 2.000 y 3.000 pesos, un kilo de arroz blanco lo venden en 2.000 pesos, y un litro de aceite comestible vale 4.500 pesos.
Hasta el salario de los obreros y trabajadores del campo, se cancela en la moneda colombiana. Un obrero de una finca puede obtener entre 80 y 100.000 pesos colombianos semanales por el pago de trabajo.
“El que no trabaja trayendo cosas de Colombia para vender, sino que realiza cualquier trabajo aquí (Casigua el Cubo), tiene obligatoriamente que comprar pesos para poder comprar cualquier cosa que necesite”, dijo Carlos Herrera, productor agropecuario del sector Madre Vieja del municipio Jesús María Semprún, al Sur del Lago de Maracaibo.
“Yo, por ejemplo, tengo que hacer una cantidad de queso semanal para venderlos en pesos y obtener el dinero para pagar al obrero de la finca y comprar todos los insumos de trabajo y la comida. Si no es así me toca comprar pesos, a cualquier precio para cumplir con mis obligaciones”, aseveró Herrera.
Con información de María Virginia Corona