Punto Fijo.- Cansados de los constantes derrames de crudo y fugas de gas de las tuberías que comparten suministros entre Bajo Grande en Zulia y el Complejo Refinador Paraguaná (CRP), en Falcón, los pescadores prohibieron la entrada a Río Seco de las gandolas que transportaban las tuberías para continuar con el proyecto ULE- Amuay.
La prohibición se llevó a cabo el 11 de julio. Luego de que una delegación de los pescadores se reuniera con el gobernador Víctor Clark, el alcalde del municipio Miranda y representantes de los organismos de seguridad fueron devueltas las gandolas con las tuberías, aunque no se ha aprobado que el proyecto inicie, ya que para ello exigen que se hagan jornadas de alimentación y salud, entre otras peticiones que no han sido detalladas a El Pitazo.
Jorge Acosta, en representación de los pescadores de Río Seco, informó que son al menos 4.000 pescadores afectados solo en el occidente, donde se ubica el puerto más importante de Falcón y el tercero de Venezuela; a ellos se suman unos 1.200 de la Península de Paraguaná que también han sido afectados por los 12 derrames de crudo y 3 de gas que se contabilizan en 2 años, causando daños marinos irreparables por no tratar las aguas una vez que se registra algún evento.
Los pescadores de Paraguaná denunciaron a El Pitazo que solo han sido atendidos los pobladores de Río Seco, incluso, Pdvsa no se ha reunido con ellos y tampoco han dado ninguna información sobre si los acuerdos serán para todos los habitantes del estado Falcón. A través de este medio, solicitaron que sean tomados en cuenta y también atendidos, porque los derrames afectan a todos en la región.
Hasta la publicación de esta información, ni los pescadores de Río Seco ni los gobernantes del estado Falcón han ofrecido detalles de los acuerdos que solicitan para permitir la continuidad del proyecto que está paralizado desde 2015 y que se activó por las denuncias de los pescadores ante los constantes derrames que han acabado con el ecosistema marino.
En el golfete de Coro se mantienen dos fugas activas, una de gas y otra de petróleo, que deben ser reparadas en los próximos días por los mismos pescadores, tal y como se ha hecho en los últimos dos años.