Punto Fijo.- Muchas personas de las diferentes comunidades de la Península de Paraguaná, se acercaron este miércoles 5 de febrero, a la funeraria Virgen de Fátima para darle el último adiós a We Hung Lay, mejor conocido como “el Chino Lay”, un reconocido empresario de la zona que murió a sus 82 años el pasado 27 de diciembre de 2019.
“el Chino Lay” como era conocido cariñosamente, falleció cuando lo sacaron de emergencia en un avión a Estados Unidos por un problema de salud. La noticia, causó tristeza en los habitantes de la Península de Paraguaná quienes no podían creerlo, pues a pesar de su edad siempre estaba atendiendo a todos sus clientes en el supermercado Hong Kong que tiene más de 50 años en la ciudad de Punto Fijo.
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Luego de largos trámites para cumplir su última voluntad, la pequeña caja de madera con las cenizas de “el Chino Lay”, llegaron a Punto Fijo para recibir el homenaje de toda la población que esperaba darle el último adiós. En el lugar no se podía ni caminar, los que acudieron hacían largas filas para firmar un libro que tenía como encabezado “amigos y familia de We Hung Lay”.
Entre políticos, empresarios y comunidad en general, la familia de Hung Lay recibió abrazos, sonrisas y sobre todo aplausos de pie para el hombre que se ganó el cariño de todas las clases sociales y que ayudó a muchos de sus empleados a cumplir sus sueños de estudio, emprendimiento y hasta de hogar para sus hijos.
Con corazón paraguanero
Llegó a Punto Fijo cuando tenía 18 años, se casó y tuvo sus hijos en la ciudad del viento. Fue el creador del Jardín Familiar, un restaurante que fue ícono en Punto Fijo en los años 90. Aunque tenía un grupo de empresas con más de dos mil empleados, a todos los trataba como sus hijos, a quienes les enseñó a ganarse el dinero con trabajo y esfuerzo.
Durante el sepelio, los paraguaneros le rindieron un homenaje al también llamado “Chino paraguanero”, donde el cronista de Punto Fijo, Guillermo de León Calles, comentó que este ser que se sentía más paraguanero que cualquiera, era un ángel que sin duda llegó a la península a demostrar que con amor, entrega y compromiso cualquier cosa se puede lograr.
Fue inevitable que todos los presentes no sintieran cada palabra de aliento y descripción que dieron trabajadores y clientes de este inigualable personaje, pues lo destacaron como una persona honesta, entregada a la ciudadanía, amante de las cosas buenas y creyente de Dios. “Con mucha fe elevaba sus peticiones y repetía que lo que se hacía con fe y amor siempre era posible y en caso de no lograrlo, intentarlo valía la pena”.
Aunque la familia de Hung Lay le había pedido abandonar el país por la crisis económica, fue una opción que nunca aceptó. Vivía en Punto Fijo y conversaba con todos los clientes que llegaban al supermercado Hong Kong, una de sus empresas favoritas del grupo Lay Cem C.A. Ahora, en la mesa donde siempre se sentaba a compartir café y jugos con sus clientes, quedó un retrato acompañado de rosas rojas, pues para la comunidad paraguanera “el Chino Lay”, es un personaje que no muere, sino que se siembra en cada corazón, dejando bondad, amor, trabajo y sobre todo fe en una península que pronto volverá a tener la prosperidad que la caracterizó por muchos años.