Coro. En el municipio Dabajuro, un punto equidistante en territorio falconiano entre las ciudades Coro y Maracaibo, no ven luz desde el pasado 25 de marzo, cuenta Angélica Nava, habitante de la zona, quien afirma que el jueves 28 llegó por cerca de tres horas durante la noche hasta que se fue otra vez y desde entonces pasan las noches en total oscuridad.
En igual circunstancias se encuentran los municipios aledaños Urumaco, Democracia, Mauroa y Buchivacoa que en conjunto conforman el occidente falconiano. En total son 11 los municipios de la región que aún padecen por no tener servicio eléctrico.
“Estamos en decadencia total pues son muy escasos los comercios que han estado laborando porque cuentan con su propia planta. Lo demás es triste, empezando por las plantas de hielo que subieron los precios considerablemente y otros cobran en dólares. Perdimos comida, verduras”, comentó Nava.
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La señora refiere que la mayor parte de la población se encuentra además sin agua potable, sin señal Movilnet y el resto de las telefonías funciona intermitente. Las fallas de telefonía móvil y fija además entorpecen las comunicaciones con habitantes de estos municipios.
El propio gobernador de Falcón Víctor Clark confirmó que los municipios seguían a oscuras ya que el suministro eléctrico para esa zona de la entidad depende del Zulia, que a su vez es uno de los estados más afectados por los apagones nacionales.
Eje costero apagado
En tanto, a los municipios del eje costero que abarca Zamora, Tocópero, Píritu, Jacura y los municipios de la sierra Federación y Unión tampoco se les ha reestablecido el fluido eléctrico desde el pasado jueves 28 de marzo, cuando ocurrió el más más reciente apagón.
En el caso de Cumarebo, capital del municipio Zamora, suman más de 100 horas sin luz. Los habitantes pasaron las mismas penurias en el primer apagón nacional porque fue el último pueblo al que se le restituyó el servicio eléctrico. Esta región al igual que Tocópero y los demás municipios de la costa depende de Planta Centro.
El panorama se agrava en Cumarebo porque no hay ni siquiera agua. El limitado acceso que tenían a través de una planta desalinizadora se vino abajo desde diciembre cuando el equipo se dañó. Rolando Pérez, residente de la comunidad, refiere que los ciudadanos están sacando agua de las quebradas ante la crítica situación. Los llenaderos están en zonas alejadas y de difícil acceso y no da abasto durante el día por la cantidad de personas que de los municipios aledaños buscan conseguir agua.
Al igual que en Dabajuro, en Cumarebo no hay señal de ninguna telefonía móvil, no funcionan los puntos de venta, el desabastecimiento de alimentos se ha recrudecido. Los habitantes pasan las noches en zozobra por temor a que la oscuridad provoque a los delincuentes. “A Dabajuro parece que lo borraron del mapa” dice Angélica. “Cumarebo no tiene dolientes”, asevera Rolando.