Mujeres indígenas de la etnia Yukpa que habitan en la Sierra de Perijá, se enfrentan a serias dificultades para poder vender sus cosechas en el centro de la población de Machiques.
Dificultades que van desde el traslado de los rubros, movilización y la permanencia en la localidad. Tal es el caso de Celika Romero indígena yukpa de 29 años, quien se dedica a sembrar plátano, cambur y yuca, en la comunidad de Kanobapa ubicada en la parte alta de las montañas de la Serranía.
La comunidad de Kanobapa queda a ocho horas caminando en mula hasta el centro Tukuko, de allí se debe tomar un vehículo para llegar hasta Machiques, el costo del pasaje es muy alto y se cobra por saco de alimento, y luego llegar a Machiques para poder vender sus rubros. Celika contó que ella junto a sus dos hijos pequeños, se enfrentan a muchas dificultades para llegar al centro de la localidad.
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Celika dijo que debe caminar ocho horas desde Kanobapa hasta el Tukuko, allí le cobran mil quinientos soberanos, luego para llegar hasta Machiques, el pasaje del transporte es muy caro y cobran por saco de alimento, todo esto repercute en el precio final del rubro. Celika hizo un llamado a las autoridades locales para que puedan crear mecanismos que ayuden a los productores y campesinos.
Actualmente los indígenas que se dedican a la siembra se enfrentan a serias dificultades para poder vender los rubros en el centro del municipio. La falta de transporte, la pésima vialidad agrícola, y la falta de un espacio acorde para poder vender los productos.
También se suma la falta de apoyo como dotación de implementos de trabajo, los altos costos de insumos y servicios, estos factores influyen en el trabajo de las mujeres indígenas.
Las productoras indígenas no están organizadas de manera que no pueden trabajar conjuntamente de cara a reducir costos y mejorar su posición a la hora vender sus productos.