El presbítero José Ángel Medina Bernal, párroco de la iglesia San Francisco de Asís, uno de los principales templos de Falcón, murió por complicaciones derivadas del COVID-19. El párroco estuvo durante mes y medio luchando contra el virus que le causó un paro respiratorio. Medina Bernal es el tercer sacerdote que muere por COVID-19 en la entidad. La Arquidiócesis de Coro informó mediante un comunicado sobre el fallecimiento del párroco, hecho ocurrido en la madrugada del jueves 6 de mayo.
Medina Bernal, quien nació en la población de Caneyes, municipio Cárdenas del estado Táchira, se ordenó como sacerdote el 10 de diciembre de 1994 por imposición de monseñor Roberto Lückert León, obispo emérito de Coro. Formó parte parte del clero arquidiocesano, en el que resaltó por su buen espíritu y alegría.
Su primera experiencia como párroco la tuvo en la comunidad de San José Obrero de Cumarebo, municipio Zamora; luego fue trasladado a la parroquia Nuestra Señora del Carmen, en Tucacas, municipio Silva, donde permaneció por 19 años. Finalizó en la parroquia San Francisco de Asís de Coro, en la que sirvió durante los últimos 3 años de su vida.
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El padre José Alberto Medina estudió Filosofía en el seminario Santo Tomás de Aquino, de Palmira, y Teología en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, en la que también realizó un diplomado en Derecho Canónico. Por esta misma formación fue notario del Tribunal Eclesiástico y miembro del Consejo Presbiteral, dependencias en las que se destacó por sus servicios ministeriales en favor de la Iglesia.
Ante esta lamentable pérdida, el arzobispo metropolitano de Coro, monseñor Mariano José Parra Sandoval ha decretado nueve días de duelo en todas las parroquias que integran el Arzobispado. Además precisó que los restos de Medina serán llevados a su pueblo natal este 7 de mayo, donde se le dará cristiana sepultura.
En lo que va de año otros dos sacerdotes han fallecido a causa del COVID-19: el 14 de enero murió en el Hospital Universitario Alfredo van Grieken el presbítero Carlos Luis Arellanes Reyes, vicario parroquial de la iglesia Santo Niño Jesús; y el 22 de ese mismo mes murió también por causa de complicaciones por el COVID-19, monseñor Robert Ramón Medina Lázaro, vicario general de esta institución por 16 años y párroco de la Basílica Menor Santa Ana.