Por Lorena Rojas, del Programa de formación de nuevos periodistas
La representante en Lara de Médicos Unidos, Luzmila Leal, declaró a El Pitazo que es grave que no haya un centro público en el que puedan ser atendidos los pacientes con cáncer de mama, sin mayores complicaciones, cuando en el hospital central Antonio María Pineda funcionaba el Servicio Autónomo de Oncología (SAO), pero desde 2018 está cerrado.
“Muchos están en la larga espera del IVSS, al que le corresponde brindar esa ayuda, pero los pacientes deben buscar apoyarse en fundaciones y sectores privados para realizarse el tratamiento, es terrible porque no hay un centro público que los atienda”, expresó en ocasión del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora este 19 de octubre.
Mientras tanto, los pacientes, con tristeza, mencionan que hacerse el tratamiento para superar la enfermedad es “muy cuesta arriba”, debido a que puede llegar a costar entre 8.000 y 11.000 dólares, lo que los obliga a quedarse sin ahorros, apoyarse en rifas y vendimias e incluso tener que vender sus bienes.
Y aunque esta realidad se vive en todo el país, en Lara la situación es más crítica. Según la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela (Fundapov), 60 % de los pacientes agrupados en la organización tienen este tipo de cáncer y los medicamentos de alto costo dejaron de llegar con regularidad a la farmacia del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
“Son muy pocos los medicamentos que están llegando y los que llegan son los más económicos, realmente, los que necesitan los pacientes tienen tiempo sin ser entregados”, dijo Mildred Crespo presidenta de la fundación.
Un paciente para ser diagnosticado necesita entre 200 y 300 dólares, entre consulta -unos 50 dólares con el especialista- mamografía, eco y el estudio de la biopsia por punción.
Tras conocer el estadio o avance de la enfermedad, el médico le indicará al paciente los ciclos de quimioterapia que requerirá, en los cuales podrá gastar alrededor de 3.000 dólares, más las sesiones de radioterapias, para las que debe disponer de 2.500 a 2.700 dólares. La cirugía está alrededor de los 4.000 dólares, como mínimo.
Pero la preocupación por conseguir el tratamiento y vencer la enfermedad no termina para las familias y pacientes, pues tras la cirugía deben seguir en chequeo y hay algunas que requieren de la inyección trastuzumab, que cuesta alrededor de 1.000 dólares.
Sin perder la esperanza
Diosy Mendoza, quien es paciente con cáncer de mama aseguró que para los que no tengan ayuda de familiares y amigos es una “sentencia de muerte”, por los grandes gastos que acarrea la enfermedad.
“Es difícil hacerse el tratamiento y más porque hay que hacerlo, como dice el médico, para no retroceder; para una persona que tenga muy bajos recursos es difícil que se lo realice todo porque es muy costoso, es como una sentencia de muerte”, aseguró.
Sin embargo, destacó que a pesar de que es muy difícil realizarse todo el tratamiento, no hay que perder la esperanza e instó a tener mente positiva.