Maracaibo es un zumbido. Suena igual que podría sonar al oído un zancudo gigante. El ruido lo hacen las plantas eléctricas que instalaron en la ciudad, como con desespero, desde que ocurrió el primer apagón nacional, el 7 de marzo.
A partir de ese momento, en Maracaibo y en general en el resto del estado, los comercios, los hospitales y clínicas y hasta los hogares se mantienen con estos equipos que funcionan con gasolina, con gasoil, o con gas doméstico.
Por eso, la noche del cuarto apagón nacional, es decir, el de este 22 de julio de 2019, la ciudad no se veía totalmente en tinieblas, porque hubo apartamentos, casas y hasta edificios enteros iluminados por la planta que ya instalaron.
Pero no es lo general. Están los otros sectores en donde no se vive este oasis, sino que siguen padeciendo la falta de luz que no cesa en Maracaibo. No todos tienen acceso a divisas extranjeras para comprar uno de estos equipos y están los otros que se resisten a buscar comodidad en lo que debería ser un servicio público que funcione al 100%.
Mientras en el resto del país, la energía eléctrica se restableció antes de que se cumplieran 24 horas de apagón, en Maracaibo hay zonas en las que aun no tienen luz después de 40 horas. Sucede en sectores como Isla Dorada, algunos puntos de Bella Vista y en el oeste de la ciudad.
Otro de los cambios que vinieron con el restablecimiento fue el horario. En Zulia los cortes eran de ocho o diez horas y las horas con luz suman, cuando poco seis. Desde este apagón hay sitios donde solo han tenido luz 20 minutos y otros entre tres y cuatro horas.
Los que más padecen esta crisis son los niños, los ancianos y las mascotas. Los más chiquitos lloran, gritan, se desesperan. Los ancianos y sus cuidadores se preocupan. Temen porque “algo pase” mientras no haya luz.
En cada casa suman uno o más aparatos que se dañan por los apagones. Computadoras con todo el trabajo de años perdido, como le pasó a Mónica; dos aires acondicionados y una cafetera, como le pasó a Jesús. Así se quemó el celular de Johan y la tablet de la hija de María José.
La mayoría tiene su cuento, la mayoría se cansó de “tanto cuento”. Es lo que dicen cuando comentan sobre lo que en las redes sociales dicen los funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
Mientras, Zulia sigue con las fallas, sin luz, sin servicio eléctrico. Mientras las plantas se mantienen encendidas y la ciudad sigue sonando a zancudo gigante.
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