Miguel Rojas es un joven de 13 años apasionado por el espacio y la astronomía. Sus particulares inquietudes comenzaron a temprana edad, cuando leyó por primera vez el libro Los Agujeros Negros, del astrofísico inglés Stephen Hawking

Miguel Rojas vive rodeado de libros de Stephen Hawking, atlas sobre el espacio, cuadernos con el logotipo de la Nasa y un sinnúmero de artículos de la película Star Wars. Cuando leyó por primera vez al reconocido astrofísico inglés, se interesó en aprender más sobre los agujeros negros y sus padres lo apoyaron.

En la actualidad y con apenas 13 años, Miguel, nacido en Barquisimeto -estado Lara- recibió una certificación de la Nasa por haber descubierto un asteroide. El joven y sus padres recibieron la noticia con emoción, sin esperar que en pocos días dicha información se viralizara en internet.

“Estaba en el cine con mi papá, viendo Spiderman. Mi teléfono estaba en silencio y al salir tenía muchos mensajes. Varios portales de noticias habían publicado sobre el descubrimiento del asteroide”, cuenta sonriente Miguel, sentado en el escritorio de su cuarto, frente a su computador, donde trabajó en la búsqueda del planeta menor.

Justamente, una de sus peticiones para el 24 de diciembre, fue un nuevo computador, porque el software que utiliza para buscar los asteroides es pesado y amerita de una mayor tecnología.

“También pedí unos zapatos, como cualquier niño de 13 años”, aclara.

Miguel estudia primer año de bachillerato en el Colegio Rioclaro, institución que posteó en su cuenta de Instagram el diploma que recibió de la agencia espacial estadounidense: “Queremos felicitar a nuestro alumno, Miguel Rojas, cuyo descubrimiento del asteroide 2021GG40 fue certificado por la Nasa”.


Estaba en el cine con mi papá, viendo Spiderman. Mi teléfono estaba en silencio y al salir tenía muchos mensajes. Varios portales de noticias habían publicado sobre el descubrimiento del asteroide

Miguel Rojas

¿Cómo llegó Miguel a esta honrosa distinción?

Mary Ramos, madre del joven, explicó que ella, junto a Miguel Rojas padre, vieron en su hijo capacidades diferentes, desde muy pequeño. En una consulta médica, el pediatra le recomendó hablar con David Oviedo, otro joven larense, de 19 años, quien ha participado por casi 10 años consecutivos en lo que se denomina “All Venezuela Asteroid Search Campaign” (Avasc) o campaña para buscar asteroides.

“Miguel le dice a David su mentor. Gracias a él conocimos de la Fundación Órbita CI 130, una organización sin fines de lucro, que integra a niños con altas capacidades intelectuales, en dónde ha contado con tutores en el área de astrofísica, ciencias planetarias, quienes han servido de apoyo importante y fundamental en el proceso de formación de nuestro hijo”, explica Ramos.

En dicha fundación, con sede en Caracas, trabajan con niños que tienen un coeficiente intelectual superior al promedio, de allí su nombre CI 130.


Una de sus peticiones para el 24 de diciembre, fue un nuevo computador, porque el software que utiliza para buscar los asteroides es pesado y amerita de una mayor tecnología


Miguel no es el primer venezolano con esta distinción. Desde el año 2012 y hasta la fecha, según detalla David Oviedo en su cuenta de Instagram, 79 descubrimientos provisionales han sido realizados por equipos venezolanos, e incluso, el mismo Oviedo es uno de los jóvenes reconocidos por la Nasa.

“Invitamos a los padres a que estimulen las habilidades o gustos diferentes de sus hijos. Todos los seres humanos tenemos intereses individuales y somos distintos. No estamos hablando de recursos económicos, porque en nuestro caso hemos contado con el apoyo de la Fundación [Órbita CI 130] y de ángeles que están en la tierra. Se trata del impulso que podemos ofrecer como padres”, mencionó la mamá de Miguel.

¿Cómo se descubre un asteroide?

Miguel Rojas lo explica con claridad. Hay un telescopio llamado Pan-Starrs situado en el Observatorio de Haleakala en Maui, Hawaii. El objetivo del aparato es estudiar el cielo nocturno, de forma continua, en busca de objetos en movimiento y también recopilar datos astrométricos y fotométricos precisos sobre objetos detectados previamente.


Los pilares que me han servido para llegar hasta acá son la constancia, perseverancia, dedicación y responsabilidad. Es lo que puedo decir a los jóvenes, que no pierdan el foco y que sigan esforzándose por lo que les gusta

Miguel Rojas

“El telescopio va tomando fotografías en una región del planeta solar, entre Marte y Júpiter. Mi deber y el de todos quienes participan en la campaña, es descargar las imágenes en un software específico, analizarlas y hacer un reporte escrito de todo lo que veamos. Luego un astrónomo profesional lo compara con la base de datos del Centro de Planetas Menores y ahí se determina si hay un posible nuevo asteroide o no”, detalla el joven.

Si cumple este primer requerimiento pasa hasta el equipo de la Nasa, en donde se reúnen científicos de varios observatorios para verificar esa zona del cielo donde se cree que hay un nuevo planeta menor.

“Este proceso dura meses, yo participé en la campaña en abril y en diciembre recibí el certificado, donde oficialmente se puede decir que descubrí un asteroide”, agrega.

Miguel sabe que sus gustos no son comunes en los jóvenes de su edad, aunque admite que tiene otros hobbies como jugar tenis, boxeo, tocar cuatro, aprender idiomas y escuchar música en inglés, principalmente de los ochenta y noventa: rock, pop, instrumental y cero reggaeton.

“Los pilares que me han servido para llegar hasta acá son la constancia, perseverancia, dedicación y responsabilidad. Es lo que puedo decir a los jóvenes, que no pierdan el foco y que sigan esforzándose por lo que les gusta”, dice con total seguridad, mientras su padre sonríe orgulloso y lo vuelve a felicitar.

El sueño de Miguel no es solo trabajar en la Nasa, sino realizar un aporte importante a la humanidad a través de sus investigaciones. En sus palabras: «dejar una huella», porque para él, en la astronomía y en la ciencia, está el futuro de la raza humana.

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