Barquisimeto.- Miriam Yépez no ha dejado de llorar desde que su hijo, Juan Diego Lucena Yépez (29), fue detenido el 28 de agosto de 2024 en su negocio de servicio técnico de celulares en Sanare. Lo denunciaron dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de su comunidad, el caserío Monte Carmelo.
El encierro en una celda de 4 por 5 metros durante 160 días en la sede del Comando Antiextorsión y Secuestro (Conas), ubicada en Santa Rosa, Barquisimeto, junto a 16 detenidos, agravó sus crisis de ansiedad, además de dolores en las extremidades debido al estrés constante.
“Él sufre de ansiedad desde los 12 años, lo llevábamos al psicólogo y al psiquiatra, pero el estar encerrado en una celda tan pequeña ha intensificado sus crisis. Ahora se le duermen las manos y la pierna izquierda por el estrés, le falta el aire y no puede dormir por las noches”, denunció su madre, Miriam Yépez, en una entrevista con El Pitazo el 1 de febrero.

La constante tortura emocional
Aunque Juan Diego le asegura a su madre que no ha sido maltratado físicamente, enfrenta día a día la tortura emocional de no saber cuándo recuperará su libertad. “Mamá, yo no quiero visitas, quiero mi vida. Mamá, ayúdame, necesito mi libertad”, repite cada domingo, relata Miriam.
Sin embargo, ella mantiene la esperanza de volver a tener a su hijo en casa. “Ya han liberado a muchos”, expresó. Juan Diego Lucena es procesado vía telemática por el Tribunal IV con competencia en terrorismo con una defensa pública impuesta, igual que todos los casos de presos políticos en Venezuela.
El 19 de enero, Miriam también clamó por su libertad: “Le hago un llamado a la Fiscalía General de la República para que revise exhaustivamente el expediente de mi hijo, causa MP: 15403124. Allí están las pruebas que he entregado en cinco oportunidades al Ministerio Público en Caracas. Exijo la libertad plena de mi hijo, cédula de identidad 25.760.224. Mi hijo es inocente”.
Sacrificio familiar
Su reclusión le ha arrebatado a Juan Diego sus sueños de ampliar su negocio de servicio técnico de celulares. “Él quería montar una tienda como Canguro en Sanare, construir una familia y seguir ayudando a su padre en la panadería”, contó su madre, planes que se han pausado por su encarcelamiento.
El impacto económico en la familia también ha sido severo. Miriam se levanta cada día a las 4:00 a.m. para preparar el desayuno, almuerzo y cena de su hijo. Luego, recorre 2 horas de camino para llevarlos.
A pesar de todo, Miriam no deja de luchar por la libertad de su hijo. Durante los 45 días de investigación del caso, presentó pruebas que no fueron recibidas, según afirma. Ha denunciado la situación ante la Fiscalía General de la República, pero hasta ahora no ha obtenido respuestas.
Posterior a la elección presidencial del 28 de julio, en Venezuela ocurrieron protestas en rechazo a los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) calificados de fraudulentos. El descontento incluyó a las plataformas digitales. Tras la orden de reprimir las manifestaciones por parte del gobierno oficialista, miles de venezolanos fueron detenidos. A todos se les imputaron cargos de terrorismo.
Seis meses después y según el Foro Penal, hasta el 20 de enero de 2025 se contabilizaban 1.601 presos políticos en Venezuela, Juan Diego Lucena es uno de ellos.