Barquisimeto.- Las comunidades de Barquisimeto, capital de Lara, llevan hasta cinco meses sin despacho de gas doméstico. La escasez se agravó en medio de la pandemia por COVID-19. Cientos de familias están forzadas a romper la cuarentena para buscar leña o comprar repuestos para cocinas eléctricas que se dañan con frecuencia a causa de los apagones.
La Gobernación de Lara tomó el control de las instalaciones de Gas Comunal y empresas privadas con la promesa de mejorar el servicio a través de la operadora Gas Lara en agosto de 2019, pero las fallas de distribución persisten 10 meses después.
LEE TAMBIÉN
Occidente: pernoctas, corrupción y colas kilométricas para surtir gasolina
Durante la cuarentena, implementaron la modalidad de venta de cilindros en un lapso de 24 horas, sin embargo la oferta es limitada y se reduce a la entrega de 80 bombonas diarias en parroquias céntricas de Barquisimeto.
El 4 de junio, en cadena regional, la gobernadora Carmen Meléndez pidió paciencia a los usuarios que hacen solicitudes de gas doméstico tras admitir que hay retrasos con los despachos por problemas logísticos. Explicó que deben enviar las cisternas a la planta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en Anzoátegui, hacer turnos para abastecerse y regresar a Lara.
Caminatas por leña y largas esperas
Darío Gómez, un educador que reside en el sector El Jebe, camina entre cuatro y siete kilómetros para comprar pilas de leña en Bs. 50.000. En su comunidad no tienen gas doméstico desde febrero.
En el fogón, la cocción de alimentos tarda cerca de tres horas.
Victoria Pérez vive en la urbanización San Jacinto de Barquisimeto. Cumplió cuatro meses sin gas doméstico y debe preparar desayuno, almuerzo y cena en una hornilla eléctrica con fallas por los apagones y fluctuaciones.
“Hay que pararse a cocinar temprano. Nos hemos acostado sin cenar porque la luz se va y llega ocho horas después”, relató.
Pérez pagó Bs. 160.000 por dos cilindros de gas a finales de mayo para asegurar el despacho a finales de junio.
La hora de almuerzo en la casa, en la urbanización El Ujano, de Derbis Arrieta ya no es a las 12:00 pm sino a las 5:00 pm. Dependen de una hornilla eléctrica desde marzo. Arrieta es panadero y ya acumula tres meses sin producir panes por falta de gas.
“Una bombona de diez kilos cuesta más de diez dólares”, comentó.
Personal de salud excluido
En el Hospital Rafael Vicente Andrade del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (Ivss), ubicado en Barrio Unión, un grupo de trabajadores denunció que fue excluido de la venta de gas doméstico para personal de salud, realizada la primera semana de junio.
Los cilindros alcanzaron para 30 empleados aunque en nómina hay más de 300, denunciaron afectados.