“Estamos damnificados en nuestros propios apartamentos. No tenemos gas, agua ni luz”, declaró a El Pitazo Alfonso Rueda, uno de los habitantes de la urbanización La Sucre, de Barquisimeto, donde por segunda vez explotaron los transformadores y estuvieron 15 días sin fluido eléctrico.
La falla constante en la distribución del gas doméstico ha hecho que las familias hayan adquirido hornillas eléctricas o los llamados “caracoles” para poder cocinar y alimentarse.
LEE TAMBIÉN
“Si no tenemos gas debemos buscar la manera de cocinar. Nos dicen que los transformadores explotan por la sobrecarga de energía, pero seguimos sin gas, nos surten para dos o tres días y después duran hasta un mes sin venir. Entonces tenemos que enchufar nuestras hornillas”, expresó Luisa Gutiérrez.
El 25 de diciembre del año 2020, en horas de la tarde, los dos transformadores que funcionan para las torres 25 y 26, explotaron. Después de protestas, denuncias ante los medios de comunicación y tres visitas a la sede de Corpoelec Lara, el 9 de enero fueron sustituidos los equipos.
En agosto del año pasado, ocurrió la primera explosión. En esa oportunidad, los vecinos -más de 80 familias afectadas- estuvieron 18 días sin electricidad. La cuadrilla de Corpoelec Lara instaló dos transformadores repotenciados, porque no tenían nuevos, según informaron a la comunidad. Duraron en funcionamiento menos de cuatro meses.
“Nos toca comer pan con queso, porque sin electricidad no tenemos ni dónde guardar la comida. Si me equivoco y hago un poquito más de masa, se pierde. Nos toca comprar los alimentos que vamos a consumir día a día. Es agotador”, narró Nelvis Pérez.
Según los técnicos de Corpoelec, la urbanización La Sucre requiere de transformadores con mayor KVA, debido a la alta demanda de fluido eléctrico.
Feliz Año a oscuras
El 31 de diciembre, los habitantes de los bloques 25 y 26 de La Sucre recibieron el año a oscuras, encerrados y en total silencio. Dijeron que cada torre tiene más de 70 apartamentos.
“Aquí hay muchas personas de la tercera edad y también con discapacidades, así como niños. Requerimos soluciones que perduren en el tiempo”, expresaron los vecinos.
Coincidieron que el día a día “es fatal” sin gas ni electricidad. Además, sin fluido eléctrico no funcionan las bombas y tampoco tienen agua. Esperan que estos nuevos transformadores tengan mayor durabilidad que los anteriores, aunque piden la atención de Gas Lara para que la comunidad tenga abastecimiento constante de gas doméstico y no solo de vez en cuando.