Lara.- Cinco kilómetros de ida y otros cinco de vuelta deben recorrer a diario los habitantes del sector Barro Negro, de la parroquia Tintorero del municipio Jiménez, en el estado Lara, para poder salir del pueblo hacia la carretera principal. Sus calles, en su mayoría de tierra, están llenas de huecos y ningún transporte pasa por esas vías, relataron sus habitantes a El Pitazo.
“Quiero caminar para estar sana, no por obligación. Quiero mejor servicio de transporte”, decía la pancarta que sostenía una de las habitantes de esta comunidad, con 55 viviendas, pero donde habitan más de 100 familias. Milagro Mejía, maestra, aún piensa si volverá a dar clases cuando comience el año escolar 2022-2023, porque no solo es salir hacia la avenida principal, sino que desde allí debe esperar el transporte público o pedalear su bicicleta hasta la escuela en Quibor, capital del municipio.
“Yo amo mi trabajo, pero es muy fuerte sin el servicio de transporte. Las calles aquí están deterioradas, puro hueco”, dijo, mientras explicaba que esta es otra de las razones por las cuales los autobuses tienen más de cinco años sin entrar a los sectores de Barro Negro, Canape y El Rodeo, todos ubicados en la parroquia Tintorero.
Danyros Gallardo también habló sobre la inseguridad en la zona y la falta de patrullaje, lo que incide en que hayan sido víctimas de atracos mientras caminan. Del servicio eléctrico dijeron que las fallas, aunque han disminuido, no han cesado y Corpoelec no atienden sus llamados.
“En Canape se les cayó el tabaco hace unos días, durante la Feria de Tintorero, y llamaron, pero nadie vino. Los mismos vecinos tuvieron que subirlo, mientras camiones de Corpoelec instalaban luces ahí, pasando la carretera, para las ferias”, contaron los habitantes de Barro Negro.
Mencionaron que en otro sector cercano, El Auyamal, una casa casi se incendia porque los cables de alta tensión hicieron un corto circuito, pero el personal de Corpoelec tampoco había acudido hasta el momento de la redacción de esta nota.
Deserción escolar
Hay una escuela para las tres comunidades y los cupos no son suficientes, por esta razón, muchos niños deben caminar hasta la carretera principal y cruzar al otro lado, para poder estudiar. Lo mismo tienen que hacer los adolescentes que van al liceo, aunque la mayoría estudia en Quibor, que queda a una distancia de 11,8 km desde la salida de Tintorero, más los 5 km que deben caminar de Barro Negro, solo para llegar a clases.
“Y el pasaje estaba en 12 bolívares, por dos (ida y vuelta). Saquen la cuenta semanal. Eso ha hecho que muchos muchachos dejen de estudiar y se dediquen al campo”, contó Marisol Martínez, quien recordó que en Barro Negro tampoco hay espacio para la recreación de los niños.
En este sentido, mostró un espacio, al lado de la capilla, que fue donado para hacer un parque para los niños, pero necesitan ayuda gubernamental o privada para construirlo. Sobre las bicicletas comentaron que en dos ocasiones han sido entregadas por la alcaldía anterior a los niños de Canape y El Rodeo, pero nunca a los menores de edad que viven en Barro Negro.