Santa Bárbara de Zulia – María Campos vive en el municipio Colón y en el segundo día de cuarentena decretada por alarma nacional, para prevenir el COVID-19, salió muy temprano de su hogar. A las 7.30 de la mañana ya había gente en cola afuera de los negocios de venta de comida.
En minutos, cuando el personal de un mercado en el centro de Santa Bárbara de Zulia abrió la santamaría del local, la gente lo abarrotó para hacer compras nerviosas.
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Esta ha sido la constante en las ventas de víveres cerradas y a cielo abierto en la zona, desde que el gobierno de Nicolás Maduro anunció la cuarentena no solo en el estado Zulia, sino en todo el territorio nacional.
Por eso María salió muy temprano para aprovechar ser de las primeras y hacer una compra: medio kilogramo de carne de segunda, pasta, harinas, arroz y verduras. «Con eso uno aguanta estos días«, dijo la mujer que vive en la zona sur de la parroquia Santa Bárbara y recibe remesas de una hija que emigró del país.
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Al igual que esta mujer, cientos de ciudadanos colmaron los 14 principales supermercados en la población del Sur del Lago. Los consultados por El Pitazo temen quedar sin alimentos luego del anuncio de quedarse en casa para controlar la propagación del virus por el que hay 33 casos confirmados en Venezuela.
La empresa Contusalud, una de las mayores distribuidoras de alimentos en la subregión zuliana, emitió un comunicado en el que asegura que siguen laborando para distribuir productos, tomando en cuenta las instrucciones emanadas de los entes gubernamentales y atentos a la situación generada por la cuarentena por el COVID-19.
Felipe González, quien es jubilado, expresó que comenzaron a escasear las verduras. «Como hay tanta gente comprando comida casi no queda nada. Y lo que hay para comprar es demasiado caro. Si no nos ataca el virus nos morimos de hambre», afirmó.
Asegura que hay otros que no acatarán la medida porque viven de los ingresos diarios. «Si la gente sale a la calle es porque va a rebuscarse», dice el hombre cuyo depósito de la quincena no le alcanzó para comprar un tapabocas.
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Por las compras nerviosas se desató la especulación. Aumentaron los precios y algunos hacen burlas por el COVID-19.
Medardo González, vendedor independiente, dijo que un kilo de limones le costó 100.000 bolívares. Dijo que en otros establecimientos lo vendían hasta en Bs. 300.000. «Como saben que la gente buscará limones para prevenir, aumentan de manera exagerada«.