Barquisimeto.- El presidente encargado Juan Guaidó suspendió a último minuto su visita al estado Lara cuando pactaba la salida de Nicolás Maduro que resultó fallida, la llamada Operacón Libertad del 30 de abril. Pero llegó sin avisar para reencontrarse con los guaros cuatro semanas después.
Guaidó no escatimó en abrazos, apretones de mano y mensajes esperanzadores en las apariciones que tuvo en Barquisimeto y Carora este sábado 25 de mayo.
Su nueva visita era un secreto a voces que sorprendió a miles de personas en lugares poco convencionales para un mitin. Guaidó volvió para reivindicarse con los larenses.
“Lara es la tierra de mis ancestros. Hoy les digo que van a ser libres definitivamente”, reveló.
La agenda se filtró en redes sociales y quienes la tomaron por cierta ocuparon las principales avenidas desde temprano para darle un cálido recibimiento a Guaidó. El tráfico se paralizó una y otra vez ante la caravana presidencial. Guaidó se acercó a la gente y les recordaba la concentración prevista para este domingo 26 de mayo en la avenida Argimiro Bracamonte con Críspulo Benítez a las 11:00 am. “Barquisimeto, este domingo todos a la calle”.
Una cola para la posteridad
“¡Esta es la mejor cola que he hecho en mi vida!”, exclamó una señora al percatarse que el Presidente interino llegó a la estación de servicio del Churun Merú, al este de Barquisimeto, para darle un espaldarazo a los ciudadanos que pasan días enteros en gasolineras y con los tanques vacíos.
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La gente sacaba sus teléfonos para grabar el momento histórico. Guaidó se acercó a los conductores, abordó autobuses y le habló a todos.
– “¡Presidente! Estoy que me voy”, le dijo un joven desde su carro.
– “No. Quédate, quédate que vamos a cambiar este país”, le respondió Guaidó sin titubeos.
– “¿Me lo aseguras?”, asomó el muchacho.
– “Sí”, enfatizó Guaidó.
Pasó entre carros, camiones y autobuses con una sonrisa. Lo felicitaban y pedían una fecha para la salida, lo llamaban amigo y sonaban consignas espontáneas o la conocida hoja de ruta.
Habló con transportistas cansados de perder ingresos por falta de combustible y también con madres que lo bendecían como a un hijo propio.
“¡Hasta yo que soy chavista estoy con Juan Guaidó!”, confesó una señora emocionada.
El también presidente de la Asamblea Nacional reiteró que la escasez de gasolina no es un invento. “Venezuela, el país con las reservas petroleras más grandes del mundo, sufre una escasez de gasolina sin precedentes. Basta con salir a las calles, a cualquier estación de servicio para darse cuenta de la tragedia. Lara necesita tres millones y medio de litros por día. Hoy tiene apenas el 20 % de lo que requiere. No es cierto que haya sido una sanción que empezó en estos días. Es la corrupción de este régimen”, señaló al atribuir la crisis a la corrupción, desinversión y deudas del sector.
Desde la cola envió un mensaje a los más de 50 larenses detenidos en las últimas protestas y reiteró que trabajan por su libertad.
También se dirigió a los oficiales de la policía de Lara bajo amenaza de los colectivos armados por detener a siete integrantes de la Red de Resistencia Revolucionaria.
“En realidad son paramilitares armados. Los policías hicieron lo correcto: detener a organismos fuera de la ley que no deberían estar patrocinados por el Estado”, agregó.
Desde la avenida Lara, la misma que atraviesa la procesión de la Divina Pastora, Guaidó manifestó que puede caminar tranquilo por las calles, “a diferencia de los usurpadores”.
Encuentro con anécdota presidencial
En el primer Encuentro Centroccidental de Voluntarios de Alimenta la Solidaridad, celebrado en la calle 54 de la urbanización Obelisco, había un punto oculto en la agenda: la participación de Guaidó.
Roberto Patiño, Daniel Antequera y Jesús Guillermo Gómez, fundadores del programa, que salva de la desnutrición a 10.000 niños en 11 estados del país, son amigos de Guaidó y todos pertenecen a la generación de 2007. Ellos le cedieron la palabra a Guaidó frente a 1.000 personas.
“Este es un gran esfuerzo de colaboración y nobleza. Yo quiero agradecer a todos los que han hecho posible poder ayudar casi desde la nada”, reiteró Guaidó a las madres solidarias y miles de aliados cuando rememoraba los primeros pasos de Alimenta la Solidaridad.
Es injusto que un país rico tenga niños con hambre, prosiguió. Invitó a los presentes a soñar con el regreso de los migrantes venezolanos y con que todos los jóvenes puedan tener aspiraciones en su propio país.
“No nos vamos a dejar… joder”, gritó junto a la multitud.
Pidió no dejarse llevar por el desánimo ni creer en el discurso de Miraflores, que le teme a su palabra y bloquea internet o redes sociales en vano para que su mensaje sea silenciado. “El régimen está derrotado; ya perdió y trata de confundirnos”, apuntó.
Guaidó hizo un alto en la comunidad emblemática por ser epicentro de manifestaciones, pero también de represión oficial, y firmó un mural en honor a Rubén Morillo, uno de los 52 larenses asesinados en las protestas opositoras de 2017. Abrazó a los padres del joven y también a los vecinos que más temprano lo grababan desde balcones y gradas.
Un operativo médico inolvidable
– “¿Por qué vino hoy señor?”, preguntó un médico a un vecino de la urbanización Luis Hurtado Higuera que llegó puntual al operativo médico de Rescate Venezuela en el lugar.
– “A buscar la medicina y conocer a Juan Guaidó”, respondió el adulto mayor, que llevaba una edición impresa de El Impulso de julio de 2017.
“Yo dije voy a guardar esta página porque este guarito puede echar un vainón”, contó con una sonrisa. Pudo mostrarle el periódico a Guaidó.
En aquella entrevista ya Guaidó hacía mención de la urgencia de una transición democrática. “Es un hombre coherente”, destacó.
La anécdota tomó por sorpresa a los voluntarios que desconocían de la visita de Guaidó al operativo y llegó.
Le dieron la bienvenida entre lágrimas de felicidad y aplausos. La comunidad lo siguió con entusiasmo y Guaidó no le dio largas al discurso porque prefería “no encadenarse”.
“Ya hemos atendido a casi 100.000 personas con la fundación Rescate Venezuela y la Coalición Ayuda y Libertad. A pesar de que estamos en una dictadura, atendemos a los más vulnerables. Sabemos que no es suficiente; para abrir el canal humanitario debe cesar la usurpación”, detalló a pocos metros de un módulo Barrio Adentro abandonado que mostró como ejemplo del deteriorado sistema de salud. Cuestionó a Maduro por celebrar el aniversario del programa, que, dijo, está marcado por la corrupción.
“Por eso hay siete millones de venezolanos sin asistencia médica, sin poder comprar medicamentos”, esbozó. El bloqueo del que habla Maduro, continuó, es falso.
Guaidó deja su huella en Carora
Después de tres encuentros puntuales en Barquisimeto, Guaidó partió a Carora, no sin antes detenerse en la carretera para conversar con un señor que reparaba su carro y en plena entrada de la cálida ciudad tomarse una fotografía con todo su equipo.
Guaidó volvió a cambiar la agenda y caminó a una casa rural para nuevamente dejar sin aliento a más de uno.
“Es él. ¡No lo puedo creer! Confiamos en ti, mi vida”, expresó la dueña de la casa.
El Presidente encargado saludó a la familia y caminó hasta un restaurante por invitación de un abuelo que saltó de la emoción. “Creo que me va a dar un infarto”, comentó entre risas.
La caravana retomó su rumbo y dos horas más tarde, Guaidó dirigió una concentración en la Plaza El Néctar frente cientos de personas.
“Las calles de Carora están colmadas de esperanza. No es momento de dejar la lucha. Yo pido hoy confianza en Carora, en Lara, en Venezuela, para reconstruir el país”.
Guaidó se compadeció de los caroreños que sufren por falta de servicios básicos y que están sedientos porque el agua de dos represas dejó de llegar a sus casas. También se refirió a los pacientes renales de la ciudad, obligados a viajar a diario a Barquisimeto para conectarse a una máquina porque en Carora la unidad de diálisis está inconclusa, aunque todos los años desembolsan millones de bolívares en las obras.
“Cuando falte la luz, protesta, cuando falte el gas, el agua, la gasolina calle, calle y más calle hasta lograr la libertad de Venezuela”.
Igualmente, les transmitió a los ciudadanos que los venezolanos no están solos en la lucha por recobrar la libertad en todos los sentidos, incluso la libertad de elegir qué comer, cuándo bañarse y cómo invertir el tiempo.
La ruta, afirmó, está bien encaminada con presión internacional y el reconocimiento de 60 países, el acompañamiento del Grupo de Contacto, el Grupo de Lima y el respaldo de Estados Unidos.
“No es qué, ni siquiera es el cómo, porque todas las opciones están sobre la mesa. Aquí la gran pregunta que nos hacemos los venezolanos es cuándo. ¿Cierto? Yo entiendo a los que hoy se puedan sentir cansados y que haya veces que nos preguntemos hasta cuándo podemos soportar. Pero les quiero decir algo: el cese de la usurpación está muy cerca porque hemos insistido en las calles y hemos construido una mayoría indetenible en Venezuela. El cuándo depende de nosotros”, aseguró.
Así Guaidó se despidió de Carora para regresar a Barquisimeto, cargado con rosarios y una Virgen de Chiquinquirá que le obsequiaron. En Barquisimeto no dejó de rendirles tributo a los vecinos de la urbanización Sucre, donde las huellas de la represión y el asedio oficial están intactos desde 2017.
En la entrada de la comunidad cuelgan desde enero afiches que dicen: “La Sucre está con Guaidó”.
Entró a los edificios de puertas y paredes perforadas por las balas que dispararon policías y militares en las noches de terror que se han repetido en 2019, los portones derribados por tanquetas y vecinos con recuerdos difíciles de borrar.
Guaidó se dirigió a los vecinos desde una azotea con banderas tricolor de fondo. La estadía de Guaidó en Lara se prolongó por tres días y ya dirigió cinco actos multitudinarios. Le restan otro par de actividades este domingo 26 de mayo: en la iglesia de Santa Rosa a las 8:00 am, y la concentración que tanto esperan los larenses a las 11:00 am.