Barquisimeto.- La huelga de hambre iniciada el 4 de noviembre por 48 reclusos de la delegación del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Barquisimeto, se ha extendido rápidamente a otras 2 sedes del estado. Suman 193 privados de libertad en protesta.
Este 6 de noviembre, los detenidos del Eje de Homicidios y la delegación San Juan se unieron a la medida de presión, exigiendo respuestas ante la falta de celeridad en sus procesos judiciales, el hacinamiento y las condiciones de insalubridad.

La protesta ha contado con el apoyo de familiares de los reclusos, quienes se concentraron este 7 de noviembre frente al Edificio Nacional de Barquisimeto, sede de los poderes públicos, mostrando pancartas con mensajes como «Huelga de Hambre, Plan de Abordaje Inmediato».
Los manifestantes piden a las autoridades, en especial al Ministerio de Asuntos Penitenciarios, representado por Julio García, tomar acciones inmediatas que trasciendan las mesas de trabajo.
“No queremos el miniplan que nos están ofreciendo, porque en los miniplanes solo salen las personas enfermas … Tenemos personas ya procesadas de años que no optan por beneficios porque están todavía en una sede de detención y no en un centro penitenciario», expresó Keisy Albuja, vocera de los familiares, durante la manifestación.
Un caso particular es el de un hombre (34) recluido desde hace 2 años en el Eje de Homicidios del Cicpc de Barquisimeto, apenas sentenciado hace unos meses. Su madre, quien prefirió resguardar su identidad, aseguró que su hijo solo consume agua y caramelos desde el inicio de la huelga de hambre.
En este Eje de Homicidios, el hacinamiento es tal que tienen alrededor de 30 personas por calabozo, informó la progenitora. La situación también es crítica en la delegación Barquisimeto. «En una sola celda hay 48 personas que cocinan y hacen sus necesidades en el mismo espacio”, resaltó Albuja.
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En sus reclamos, los detenidos exigen traslados a centros asignados, entre ellos las cárceles Fénix y David Viloria, ambas en el estado Lara. En algunos casos, los familiares reportan que los pocos traslados que se han realizado terminan en centros lejanos (Coro, Barinas o Bolívar), lo que dificulta el acceso a las familias, en su mayoría de bajos recursos, que ven limitada su capacidad para llevarles alimentos o visitarlos.

Hasta la fecha, los reclusos de la delegación Barquisimeto cumplen cuatro días de huelga de hambre; mientras que en el Eje de Homicidios y en la delegación San Juan suman ya dos días sin consumir alimentos.
Se ha reportado, además, que los privados de libertad del Cicpc Cabudare, en el municipio Palavecino, también se unieron a la protesta desde el 6 de noviembre, con participación de los calabozos 1 y 2. Sin embargo, los del calabozo 3, con adultos mayores, no se sumaron y continúan recibiendo alimentos, informaron familiares a El Pitazo.
La ONG Una Ventana a la Libertad (UVL) había reportado el 5 de noviembre que eran 63 los reclusos que iniciaron la protesta en la sede del Cicpc Barquisimeto; sin embargo, 15 son mujeres, quienes apoyan la protesta, pero que no participan activamente en ella. Reclusos y familiares esperan respuesta del ministro Julio García, pues aseguran que continuará hasta que haya una respuesta favorable.
A su vez, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) advirtió en X sobre la gravedad de este tipo de protestas: «Una huelga de hambre tiene consecuencias graves y progresivas para la salud de los presos que la realizan. Puede provocar pérdida de peso acelerada, deshidratación y deterioro en las funciones vitales».
El OVP también subrayó el impacto que estas condiciones tienen sobre la salud mental de los reclusos, aumentando el riesgo de depresión y ansiedad.