Santa Bárbara de Zulia.- Desde tiempos inmemoriales, en la mesa de los nacidos en el Sur del Lago, estado Zulia, una hallaca de masa verde, casi negruzca, es el distintivo de la mesa en el mes de diciembre. Y es que su elaboración es a base del plátano que cultivan los lugareños en sus fértiles tierras.
Edenis Pérez, con 62 años de edad y contadora público, relata que fue de esa manera como la aprendió a preparar junto a su madre, María Dolores Pérez, en el sector 20 de Mayo de Santa Bárbara de Zulia, de donde es originaria la inventiva gastronómica, que fue declarada primer plato típico local en un decreto del año 2014.
El guiso de la hallaca de plátano, como la elaboran en el resto de los municipios de Zulia, contiene ingredientes como verduras, carnes y especias. En la subregión le adicionan pasas, encurtidos, garbanzos y hasta un toque de vino tinto.
Edenis cuenta que para la envoltura seleccionan plátanos verdes, muy tiernos y de buen grosor; si son recién cortados del tallo mucho mejor. Ella los ralla por el lado más fino y lo compacta con aceite, sal y un toque de vinagre o limón para que no queden tan oscuras tras la cocción.
Al igual que las masas de harina de maíz precocida, la mixtura gomosa que se obtiene de la ralladura de la musácea (plátano) se extiende sobre la hoja de bijao, -también obtenida de árboles plataneros- se le agrega el guiso y se envuelve con sumo cuidado.
«Hay que saberlas hacer, porque se puede salir el relleno que está en su interior. Quienes tenemos práctica, la hacemos con más rapidez y técnica».
Edenis dice que desde el momento en que las hallacas se ponen a hervir en la estufa a gas o a leña, un aroma comienza a poblar el entorno y hace salivar a más de uno. Ese olor característico de plátano sancochado verde es la variedad y elemento que las distingue del resto de las multisápidas en toda Venezuela.
Edenis dice que su abuela Mamaina fue quien enseñó a su madre, María Dolores que, a su vez, adiestró, diciembre a diciembre, a sus hijas. A Edenis también le ha correspondido enseñar a sus cuatro hijos, y muy especialmente a sus tres hijas, quienes en la temporada navideña se unen para elaborar el platillo que es de plátano por dentro y por fuera.
La honran con composiciones
El escritor local, Héctor Bermúdez, la describe así: «Hoy, como todos los años, la he vuelto a ver, hermosa y encantadora como siempre con su elegante abrigo de verde oliva, de verde capacho, y su exótico perfume mediterráneo que impregna el ambiente de sutil y exquisita fragancia invernal.
Aunque su apariencia exterior no muestra por modestia sus lujosas prendas, lleva consigo en su interior valiosas gemas del imperio romano, oro y mirra de los desiertos arábigos y todas las riquezas de la península ibérica. Su piel, a veces blanca como una española, y otras veces morena como las bellas mujeres del África y las indias americanas.
Sentado frente a ella tomo sus manos de gacela y en la intimidad de mi aposento, poco a poco, voy desnudándola como en nuestros mejores tiempos, con timidez quito su ropaje, descubro sus vestidos y corto con suavidad los hilos que la atavían para no marchitar la lozanía de su cuerpo, acariciándole palmo a palmo sus mejillas de mujer morena, de mujer blanca, y llenando de besos y caricias toda la delicia de sus entrañas me sumerjo en la profundidad de su vientre hasta alcanzar el éxtasis de mi delirio por ella».
Para el año 2016, la agrupación gaitera Del Sur del Lago grabó un tema especial en honor a esta hallaca, interpretado por José David Aguilar Briceño, con música y arreglos de Sixto Antúnez y cuya letra es autoría del periodista Edwin Urdaneta, quien es corresponsal en la zona para El Pitazo.