Acarigua.- Entre aguas putrefactas que también se han convertido en un criadero de gusanos y mosquitos, viven 13 familias de la vereda 28 del sector 3 en la urbanización Durigua, en el este de Acarigua, en Portuguesa.
La tubería de aguas residuales colapsó hace más de cuatro meses y pese a la denuncia constante de los vecinos ante las autoridades locales y regionales, a la fecha no ha habido más que una inspección por parte de un ingeniero de la Empresa Socialista de Infraestructura, Servicios y Redes (Esinsep) de la región.
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Carlos Galíndez, uno de los vecinos afectados, dijo a El Pitazo que el mal olor no se soporta y los días que llueve el agua acumulada es peor, se desborda a la calle.
“Esta contaminación es un riesgo para los que vivimos en la vereda y para los que pasan cerca y es peor que el mismo COVID-19. Aquí hay varias familias con niños que estamos siendo afectadas, no solo por las larvas, también hay zancudos y sapos por las aguas estancadas”, expresó.
Por las tanquillas de las veredas brotan gusanos, el olor es insoportable a cualquier hora del día, pero más cuando pega el sol.
«Necesitamos urgente la intervención del alcalde, las autoridades competentes, para resolver esta grave situación antes que se convierta en un problema de salud pública”, puntualizó el denunciante.