La pernocta en los alrededores de las estaciones de servicio del estado Lara ha aumentado a pesar de que están a merced del hampa. Vecinos que se agrupan en caravanas de vehículos, familias enteras y amigos, se quedan en las noches en las afueras de las bombas con la esperanza de poder surtir los tanques de sus vehículos.
Desde el viernes 27 de diciembre, funcionarios de la Guardia Nacional comenzaron a hacer rondas y exigir a quienes están en la cola nocturna que se retiren. Quienes no quieren cumplir la orden han sido amenazados con ser detenidos. Sin embargo, apenas se van los militares, los ciudadanos vuelven a hacer sus filas.
“Me fui a las 4:30 am a hacer cola, pero antes de las 10:00 am ya se había acabado la gasolina. Mañana vuelvo a las 3:00 am para ver si tengo suerte”, comentó José Hurtado, habitante de Barquisimeto, capital del estado, donde las colas para surtir los vehículos se han vuelto interminables durante el mes de diciembre.
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“Los policías llegan a colarse para echar gasolina, igual que los guardias, los de las Faes, todos esos. Y después uno ve cómo están revendiendo los bidones que sacan, sobre todo de las motos”, dijo otro usuario, que prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
A esta denuncia se le suma la de las colas VIP, formadas por quienes pagan en dólares para colarse y ser atendidos mucho antes que aquellos que llevan horas en filas. “Un bombero me dijo que ya no aceptaba comida (a cambio de la gasolina) porque ya tienen mucha en su casa y que ahora solo acepta dólares en efectivo. Es insólito”, dijo Filomena Romano, otra usuaria.
La gobernadora de la entidad, Carmen Meléndez, informó hace 15 días que el suministro se normalizaría; sin embargo, ha sido otra promesa incumplida.
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En Punto Fijo no hay cola
Más de 20 estaciones de servicios hay en Punto Fijo, principal ciudad de Paraguaná y donde está ubicado el Complejo Refinador Paraguaná (CRP), lo que hace que la gasolina que se produce en el país llegue cada dos días a las estaciones de servicio.
Pese a que las gasolineras solo ponen operativas una o dos islas, no se aprecian colas de vehículos para abastecerse del combustible y tampoco hay límites de llenado.
El suministro de gasolina decae cuando hay falla general en el servicio eléctrico porque la mayoría de las bombas no tienen planta eléctrica. Anteriormente los conductores podían echar gasolina a cualquier hora, pero esa modalidad cambió este año, cuando solo dos estaciones de servicio trabajan hasta las 12:00 pm.
En Coro las colas son casi inexistentes
El suministro de gasolina en las estaciones de servicio en Coro se mantiene bajo control entre lunes y viernes en la ocho gasolineras que prestan atención al público.
Solo durante los fines de semana la distribución de gasolina a las estaciones de servicio merma, por lo que solo permanecen abiertas dos en la ciudad capital. No obstante, las colas en Coro son casi inexistentes.
Situación contraria presentan las estaciones de combustible en los municipios fronterizos con el estado Zulia, donde las colas de vehículos cubren más de tres cuadras desde antes de que abran las gasolineras, pues los conductores esperan a que llegue la gandola con la gasolina. Este panorama se observó en Dabajuro y Mauroa.
Dos horas pierden conductores en San Felipe
Llenar el tanque de gasolina de los vehículos de transporte público y de particulares en estaciones de servicios de la capital yaracuyana se ha convertido en un suplicio para los conductores, ya que deben destinar entre una y dos horas para poder contar con el combustible.
Desde el pasado 15 de noviembre se registran colas en las gasolineras, y se hacen más grandes porque muchos conductores de los estados vecinos (Lara y Carabobo) vienen a llenar el tanque de su vehículo en Yaracuy.
Las estaciones de servicio más afectadas son las ubicadas en el municipio José Vicente Peña y San Felipe, lugares donde a toda hora se aprecian largas colas y pocos dispensadores de gasolina en funcionamiento, lo cual genera colapso en el servicio y malestar en los conductores de transporte público y en choferes particulares.
Equipo de corresponsales
Lisbeth Barboza, Irene Revilla, Keren Torres y Johana Prieto