Punto Fijo.- Los dos galpones de la Fundación Carmen Virginia Martínez que están ubicados al final de la calle Marina en Carirubana, estado Falcón, están custodiados por funcionarios de la Guardia Nacional, que se mantienen a las afueras de las instalaciones para evitar que los habitantes de la comunidad saquen lo que hay adentro.
Esta fundación fue tomada por varios cuerpos de seguridad el viernes 17 de abril en una serie de allanamientos que comenzaron ese día y sobre los cuales no hay, hasta la fecha, pronunciamientos oficiales que revelen los motivos de este operativo. Los habitantes de Carirubana han denunciado que los funcionarios se llevaron los suministros que estaban dentro de la institución. Por esta razón, desde el lunes 20 los vecinos iniciaron vigilias en los galpones.
Este martes, 21 de abril, varios residentes de la comunidad se concentraron en los miradores que hicieron en la localidad y expresaron su apoyo a la fundación, organismo que, aseguran, ha sido la única que ha llevado bienestar para sus habitantes.
Iveth Díaz habló en nombre de la comunidad y dijo que desde la noche de este lunes 20 de abril, funcionarios de varios organismos de seguridad estuvieron en el lugar y pretendían llevarse lo que queda en los galpones, que, según sus declaraciones, son materiales de construcción para reparar y adecuar los espacios de la comunidad.
«Soy habitante y doliente de Carirubana, porque fuimos víctimas del hampa. Vinieron a saquear los depósitos donde está el material que va a ser usado para las obras de la comunidad y no lo vamos a permitir«, alertó.
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Pueblo de pescadores

Carirubana es una bahía por la que se puede acceder a través de tres entradas. La primera está en la calle Chile, que la comunica con los sectores populares de Punto Fijo; la segunda se ubica en la calle Comercio, que es la entrada principal desde el centro de la ciudad; y la tercera se encuentra al final de la calle Cuba.
Todas fueron cerradas con escombros y están custodiadas por los habitantes de la localidad, al punto de que a quien intente entrar le gritan desde los cerros, donde tocan los postes en señal de que alguien desconocido quiere ingresar al pueblo.
Las personas se han mantenido en grupos para el resguardo de las instalaciones y evitar que alguien saque el material de los galpones. También han recuperado los pertrechos que habían quedado regados en las calles. Los residentes del pueblo pescador aseguran que se mantendrán en el lugar y que todo el instrumental será usado para completar las mejoras que se hacían en la comunidad.
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