Sur del Lago.- Los efectos colaterales de la crisis eléctrica parecen no tener fin. El sector agropecuario es uno de los más golpeados y el consumidor final es quien paga las consecuencias de las alteraciones en el deber ser de la producción de alimentos en el país.
En Sur del Lago, una región agropecuaria por excelencia en Venezuela, se procesaban cientos de miles de litros de leche semanales para abastecer el consumo nacional.
En 2019, la crisis energética ha obligado a los productores de leche a realizar quesos sin el debido manejo sanitario, porque las fallas en el servicio eléctrico no permiten garantizar la cadena de frío al producto del ordeño.
Quesos por emergencia
“Hemos vuelto a la época de la elaboración masiva de queso artesanal, que es de alto riesgo para el consumidor, porque no cumple con el debido manejo sanitario. No se puede garantizar la calidad del queso”, dijo a El Pitazo Daniel Ariza, presidente de la Asociación de Ganaderos del municipio Colón (Aganaco).
“Los productores agropecuarios hoy hacemos queso para salir del paso, para no perder la leche y ver cómo obtenemos algo de dinero para poder subsistir”, expresó el representante del gremio ganadero.
Ariza explicó que cuando la electricidad falla, como ocurre a diario en todo el Sur del Lago, las industrias lácteas, que tampoco tienen el combustible suficiente para operar con generadores de energía, no reciben la leche a los productores, que deben ingeniárselas para no producir a pérdida.
“Al final quien paga las consecuencias es el consumidor, que no está comprando un queso de calidad. Cualquier obrero de finca hace queso, pero, ¿qué tipo de queso? Un queso que no es de calidad”, sostuvo el presidente de Aganaco.
El deber ser
Omar Monsalve, ingeniero de alimentos, explicó a El Pitazo que el deber ser para comenzar con un buen manejo sanitario en la producción de quesos es lavar las ubres de la vaca antes de comenzar el ordeño, y el ordeñador también debe lavarse muy bien manos y uñas.
Posteriormente, hay que filtrar la leche para retirar cualquier sólido que pudiera haberle caído durante el ordeño.
El experto señaló que lavar muy bien los implementos que se utilizan en la elaboración del queso es vital para evitar la proliferación de bacterias.
“Hay que lavar los recipientes y retirar muy bien el jabón o producto químico que se emplee para desinfectar los recipientes, porque de lo contrario, pudiera correrse el riesgo de intoxicación en quienes consuman el queso”.
Monsalve explicó a El Pitazo que una vez elaborado el queso, es muy importante mantener la cadena de frío del producto para evitar la proliferación de bacterias y hongos que se reproducen en temperaturas superiores a 37 grados centígrados.
Con información de María Virginia Corona