La Vela.- Desde las primeras horas del alba, la alegría y la oración reinó en el valle donde se encuentra el santuario mariano El Carrizal, la iglesia donde descansa la virgen de Guadalupe de Falcón, y a donde sus devotos hijos la acompañaron desde el oeste de Coro, municipio Miranda en una caminata de 28 kilómetros que este año en su edición 34 pudo reunir a más de 10 mil católicos en la fe.
En esta trigésima quinta Marcha de la Fe, el guardián del santuario mariano, monseñor Mariano Parra, Arzobispo de Coro, bendijo y dio gracias por la algarabía y respuesta generosa de los fieles creyentes, quienes se volcaron en lo espiritual más que en lo material a buscar lo que se les había olvidado: la fe, que se reafirmó en unión y amor a la virgen Morena”, dijo monseñor.

En ese sacrosanto lugar fue recibida la Guadalupe por sus fieles creyentes, que llegados de todos los rincones del estado Falcón y del país, le acompañaron en la celebración de la eucaristía en un ambiente de profundo recogimiento espiritual, y presidida por el cónclave de sacerdotes de la Diócesis de Coro, quienes a viva voz vitorearon junto a sus devotos aleluyas a la Rosa del Carrizal, quien se posó en estas tierras para ser la protectora del pueblo falconiano.

Bajo el amparo de un sol que a ratos se escondía entre las nubes algo grises, los acordes de grupos cristianos que le cantaron a la virgen morena, las oraciones de los devotos a la virgen -que superaron las del año pasado-, fueron el propósito de la homilía del Arzobispo de Coro, quien destacó que “la esperanza en Jesús y su madre, la virgen María de Guadalupe no se puede perder, pero su transformar en una sociedad en la que podamos ser más solidarios, tolerantes y justos».
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A los presentes en la misa les recordó la necesidad de profundizar la fe, de elevarla sobre lo material para que esa fe mariana se convierta en «roca y fortaleza», que logre cambios frente a la injusticia, la pobreza, el hambre y la falta de medicamentos.
Instó a los presentes a ser “hombres, jóvenes y mujeres de fe”, a salir del santuario con las “pilas recargadas” para ser transformadores con las premisas de la “solidaridad, fraternidad y justicia”, exclamó.

Oró junto a los presentes, a la virgen de El Carrizal, por la construcción de una sociedad mejor, a vivir una vida fraterna, a que el hombre pueda ser agradecido con la Madre que Jesús.
La virgen de Guadalupe de El Carrizal permanecerá en su trono resguardando a su pueblo y acompañándolo en su camino espiritual de unión y progreso.