Barquisimeto.– Esther Molina soñaba con que Jackson Barreto asistiera a La Voz Kids Colombia desde la primera vez que lo escuchó cantar en Arauca, en diciembre de 2019. El niño venezolano, de 11 años, que cautivó con su talento al jurado fue inscrito en el programa de Caracol TV con el respaldo de su madrina, como él la llama.
“Lo conocí en mi tienda de accesorios y celulares Mantis en la ciudad de Arauca. Él llegó para que lo dejaran cantar y que le regalaran algo y, en ese momento, hubo una conexión entre los dos y decido ayudarle (…) Soy madre de tres hermosos niños y me conmoví, le tomé mucho afecto al niño y no solamente lo hago con Jackson, también lo hago con otros niños y otras personas porque me considero una persona altruista”, declaró Esther Molina, en exclusiva a El Pitazo, este jueves 29 de julio.
La madrina de Jackson aclaró que llevó al niño al concurso con el consentimiento de su madre biológica, Reina Isabel Maramara. “La mamá estuvo de acuerdo y me firmó los papeles para poder inscribirlo en Caracol”, sostuvo Molina sobre las gestiones que se realizaron con un defensor del Instituto Colombiano de Bienestar y Familia (Icbf) en abril.
“El niño le dijo: ‘mamá, dame la firma, por favor. Hazlo por mí, yo quiero ser algo en la vida y cumplir mi sueño’. Entonces mi esposa se lo firmó», aseguró a El Pitazo el padrastro de Jackson, José Gregorio Carrasco.
La mamá de Jackson accedió a su petición cuando intentaba regresar con él a Venezuela. En una entrevista concedida a este medio, el 27 de julio, Maramara negó que haya otorgado alguna autorización y aseguró que intentaban apartarla de su hijo.
En respuesta a esas declaraciones, Molina reiteró que no busca separar a Jackson de su familia de origen y descartó que tenga intenciones de lucrarse con su talento. “En ningún momento quiero quitarle el niño a su mamá”, afirmó.
Molina no ofreció detalles de las gestiones en el Icbf desde que está a cargo de Jackson por razones legales, dijo. “Lo único que le digo es que hay un procedimiento abierto y que yo tengo provisionalmente al niño”, sostuvo.
Molina es conocida cariñosamente como «Mantis», por el nombre que le dio a su negocio. Así la llaman “los niños del río”, como describe a los niños en situación de calle que viven en la ribera del Arauca. Jackson dormía a orillas del río con el papá de su hermana mayor y la pareja de este, y salía a cantar por las calles en busca de comida para los tres.
Al enterarse de su condición, Molina empezó a ayudarlo, refirió el caso a la organización Save The Children y se mantuvo en contacto con Jackson. Inicialmente, él iba de visita a la tienda de su madrina y pasaba el día en el local. Más adelante lo recibió en su casa.
Dos países celebran su éxito
La vida de Jackson ha cambiado muchísimo desde que llegó a su hogar, empezó a estudiar y luego entró en el reality de Caracol TV, expresó Molina.
“El niño está súper feliz, ya todo el mundo se quiere tomar fotos con él. El niño se siente muy orgulloso de que Dios le haya dado ese talento; está súper contento de estar aquí con nosotros. Obvio, también siente tristeza de ver a su mamita lejos de él y de tener a su hermana allá, pero se siente muy orgulloso de poder pertenecer a esta familia y de que no solamente soy yo, son muchas personas aquí en Arauca que lo han apoyado y que se sienten orgullosos de que él esté aquí en Colombia y haya ido a representar no solamente a Venezuela sino también a Arauca”, contó Molina.
Por otra parte, dijo que el corazón de Jackson está con Lismary, su hermana mayor. La adolescente de 14 años de edad permanece en el Hospital Universitario de Pediatría Agustín Zubillaga de Barquisimeto por complicaciones asociadas a la diabetes y la desnutrición.
“Quiero aprovechar esta oportunidad de invitarlos a que ayuden a la familia de Jackson, ya que son de muy bajos recursos, que ayuden a la hermanita”, subrayó Molina.
Lismary fue diagnosticada con insuficiencia renal y amerita diálisis, además inició un tratamiento por sepsis. En este momento necesita un catéter para hemodiálisis número 12, Meropenem y vancomicina en ampollas, así como exámenes de laboratorio. Su familia no tiene teléfono, pero pueden acudir al centro asistencial para realizar donativos.