Barquisimeto.- “¡Maduro!”. Ese fue el grito elevado por una médica del Hospital Central Antonio María Pineda desde una ventana, para detonar una protesta en el lugar, justo cuando aterrizaban los enviados de la Comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Barquisimeto, el sábado 16 de marzo.
Aunque la visita oficial de la ONU estaba programada para el domingo en el principal centro asistencial de Lara, decenas de familiares de pacientes y miembros de la sociedad civil se apostaron desde tempranas horas del sábado en el lugar para denunciar la dotación, rehabilitación exprés y el desalojo de pacientes, contra opinión médica, puertas adentro, que coincide con la gira de los enviados por Michelle Bachelet.
Ese operativo relámpago fue realizado “solo con personal fiel a la revolución bolivariana”, advirtieron fuentes gubernamentales a El Pitazo. Desplegaron a la Guardia Nacional, Policía de Lara, Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y las Fuerzas de Acciones Especiales en la institución. Los jefes de servicio eran custodiados para evitar que capturaran los arreglos y protestaran junto al resto del personal, pacientes y familiares. Pero eso no pudo evitarse.
El director regional de salud, Javier Cabrera, llegó al hospital junto a su equipo para una inspección final justo cuando retiraban el andamiaje y cualquier material de construcción.

“Son activistas políticos, solo son cinco pelagatos”, aseguraba el director regional de Salud entre risas.
“Fuera, fuera”, y «va a caer y va a caer” le decían manifestantes que fueron agredidos y empujados por el grupo de personas que acompañaba a Cabrera.
A Gilber Sivira le lanzaron un puñetazo mientras cuestionaba el repentino suministro de medicamentos en el hospital conocido por sus carencias; motorizados vinculados con colectivos del Gobierno entraban y salían del lugar para intimidar al personal y a los equipos reporteriles de El Pitazo y El Informador y a la gente que alzaba consignas de ayuda humanitaria entre lágrimas.
Los cuerpos de seguridad del Estado detuvieron a dos estudiantes universitarios por fotografiar el equipamiento de última hora registrado en el centro. Los liberaron a los minutos por el reclamo de la sociedad civil.
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Mientras que dos empleados de la morgue fueron arrestados brevemente por órdenes de la comisaria del Cicpc subdelegación Cabudare, Zaidy Durán.
“Para nadie es un secreto: al hospital lo están pintando, poniendo luces, lo están arreglando”, declaró la directora del Hospital Central de Barquisimeto, María García Lara.
“Pero están pintándolo ahorita que viene la ONU”, le respondió una joven.
“Cuando hay visita tú haces todo lo posible para que las cosas se vean bien. ¿Sí o no?”, agregó García Lara.
Clamor por la salud
La indignación de pacientes y sus seres queridos no se hizo esperar en el Hospital Central de Barquisimeto. Reprochaban al equipo de la Dirección de Salud del estado Lara que intentaran ocultar las deficiencias de la institución ante la llegada de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Desde las ventanas del hospital, trabajadores y hospitalizados lanzaban hojas con mensajes de: “insumos recién llegados”, “ONU, Venezuela está muriendo” y “SOS, queremos medicinas”.
“¿Cómo es posible que mi hermana tenga 17 días hospitalizada y ayer la sacaron de quirófano porque faltaba un par de guantes? Ya estamos cansados, queremos ayuda humanitaria”, relató una muchacha que solo se identificó como María.
A familiares de hospitalizados les entregaron, por primera vez en toda su estadía en el hospital, un ticket para servirle una ración de comida. “Nunca había pasado esto”, repetían.

En el interior detonaron otras manifestaciones del personal que era hostigado por los cuerpos de seguridad del Estado.
Más de 40 funcionarios policiales y militares resguardaban las entradas y restringieron el acceso a los servicios que no refaccionaron.
Las amenazas de nuevas detenciones e incautaciones de teléfonos estaban a la orden del día.
Marcha por la vida
Decenas de personas que se acercaron hasta el Hospital Central hicieron una marcha desde allí hasta el vecino Hospital Universitario de Pediatría Agustín Zubillaga con banderas, pancartas y cacerolas.
La respuesta desde ambos centros de salud fue masiva. Por las ventanas, enfermeras, médicos y hasta pacientes se asomaban para respaldar el llamado de ayuda humanitaria de quienes asistieron, “porque están con los enfermos en su sufrimiento”, comentaban.
La caminata también fue asediada por colectivos y fotografiados por un motorizado, advirtieron.

Ataques y trabajos de última hora
“Les decimos a las autoridades regionales: deje la burla al pueblo del estado Lara. Hoy día tengo que denunciar al doctor Javier Cabrera. Ha quedado como la persona con la peor capacidad humana. Usted y la directora del hospital, María García Lara, serán llamados a tribunal disciplinario”, anunció el presidente del Colegio de Médicos, René Rivas, quien se acercó hasta el centro de salud por las llamadas del personal, alarmado por la persecución.
Hasta las 11:25 pm del sábado, la gobernadora Carmen Meléndez y el director regional de Salud, Javier Cabrera, permanecían en el Hospital Central para supervisar la instalación de aires acondicionados.
“Es inaudito que actúen con tanto descaro y maquillen los servicios que están abandonados”, reiteró un empleado.
La tensa jornada terminó en más ataques y un grupo de civiles armados, conformado por una mujer y dos hombres, arremetieron contra la sede del Diario El Informador a las 2:00 am del domingo 17 de marzo, a solo horas de que continúe el recorrido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU por un centro penitenciario y un hospital.