Santa Barbara.- Las especies animales del Parque Nacional Ciénagas del Catatumbo, conocido como ciénagas de Juan Manuel, están en peligro de extinción debido a las amenazas que acortan el ciclo de vida de los animales y de las plantas que integran el hábitat de este reservorio ubicado en el Sur del Lago, estado Zulia.
La caza ilegal y la falta de inversión para la investigación son riesgos que atentan contra las especies que se encuentran en el reservorio. El jaguar o Panthera onca es cazado en las zonas agrícolas de los municipios Catatumbo y Colón, donde se suele asechar a los animales domésticos y de consumo humano.
“Lo más preocupante es la inestabilidad del ecosistema. Si no hay jaguares, habrá muchos herbívoros que se comerán las plantas, también amenazadas”, aseguró María Fernanda Puerto Carrillo, bióloga egresada de la Universidad del Zulia, quien realizó una investigación que arrojó una densidad parcial de 3,5 jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados. El estudio es el punto de partida de otras investigaciones que, según ella, están paralizadas.
Para determinar la densidad poblacional del jaguar, los científicos, de la mano con algunos colaboradores, colocaron un sistema de fototrampeo, que consistió en instalar 70 cámaras en 35 puntos de rastreo para capturar imágenes de felinos, así como de diversos mamíferos y aves.
El estudio advierte que las dificultades en la reproducción de la hembra del jaguar puede asociarse a la presión antrópica o efectos que causa el hombre en su desarrollo.
Amenazados y sin estudios
El galápago de Maracaibo o Rhinoclemmys diadematas —solo conocido en Zulia y en Colombia— y el chigüire o piro piro, cuyo nombre científico es Hydrochoerus isthmius, y segunda presa más importante de los felinos en la región, están en peligro de extinguirse.
La investigadora Puerto Carrillo informó que en la zona, donde es común la cacería indiscriminada de galápagos propios del Occidente de Venezuela, persiste la matanza del chicagüire, ave emblema del parque nacional y decretado símbolo natural en el municipio Catatumbo. “Esto está causando impactos en el ecosistema pantanoso”, apuntó.
Entre las amenazas que enfrentan algunas especies está la caza por parte de la población para consumir su carne. Samir Nasser, ingeniero agrónomo, quien desde hace dos décadas estudia y preserva la flora y la fauna en el Sur del Lago, precisó que este es el caso de los galápagos, que además de ser atrapados por las fieras, también son empleados en la gastronomía local.
Nasser contó que en la comunidad hacen sancochos con la carne extraída de patas y el cuello del galápago. «En la zona interfieren en su hábitat al crear canales de desagüe para el riego de cultivos, por lo que las pozas donde la tortuga reproduce sus huevos se secan y esto amenaza su reproducción”, lamentó.
La investigación se ve diezmada por la crisis
Nasser y Puerto Carrillo exponen el escaso financiamiento a investigaciones científicas y planes integrales de conservación que comprendan movilización de profesionales a los sitios de interés, adquisición de equipos, programas relacionados con cada especie y capacitación de personal para los sistemas de vigilancia y control.
Puerto Carrillo, quien viaja unos 1.000 kilómetros desde el estado Miranda hasta el sur del estado Zulia para investigar todo lo relacionado con el jaguar y su modo de vida, contó con el respaldo de las organizaciones internacionales Panthera.org, Idea Wild y la Wild Felid Association (WFA), dedicadas a estudios y preservación de felinos, para concretar una primera fase de su trabajo.
“Con las limitaciones actuales, como la falta de gasolina y el encarecimiento de equipos, se hace difícil monitorear de cerca. Por ello decidimos impulsar el proyecto Sebraba, con el que mostramos la vida de los jaguares amenazados en el Sur del Lago, así como las de los pumas de pantano y de los cunaguaros, que aspiramos a proteger”, indicó Puerto Carrillo.
La restricción de estudios no solo es para los científicos, sino para los estudiantes de biología, quienes no pueden ir al campo a desarrollar sus tesis. “Nosotros capacitamos con charlas a partir de nuestras experiencias y resultados para que sigan la labor investigativa”, expone.
“Hay colegas que se han ido por diversas razones; sin embargo, con sacrificio apostamos para continuar las investigaciones en Venezuela y divulgar entre la población y los futuros profesionales el cuido por estos animales”, reflexiona la bióloga.
Tributo que acompaña el desarrollo
Nasser, junto a otros ambientalistas, explicó que 46 especies de la flora y la fauna autóctonas fueron seleccionadas como símbolos naturales del municipio Colón en el estado Zulia, de acuerdo con una resolución emanada del Ejecutivo municipal y publicada este 5 de junio a propósito del Día Mundial del Ambiente. “Intentamos visibilizarlos ante el Estado e incluirlos en planes de conservación”, agregó.
En el municipio Colón se eligieron especies emblemas por parroquias y las más destacadas del Parque Nacional Ciénagas de Catatumbo. El jaguar es el mamífero que encabeza la lista, seguido del loro real en el renglón de aves; la iguana entre los reptiles; el pez armadillo; la efímera o mosca de mayo, dentro de los insectos; y la flor de roble y la palma real entre la flora.
“Algunas de estas variedades vegetales eran las que los residentes, desde hace seis o siete décadas atrás, tenían a mano para alimentarse, hacer rituales y hasta curarse”, afirmó Nasser. Por esto se hace una distinción de estas especies de la flora y la fauna, por su aporte al desarrollo.
El presidente de la Organización No Gubernamental Azul Ambientalista, Gustavo Carrasquel Parra, manifestó la preocupación de los investigadores porque cada día se registran casos de bandas criminales que asesinan delfines, torunos y manatíes en el lago de Maracaibo a fin de comercializar este tipo de carne.