Santa Bárbara de Zulia.- En diversas regiones de Venezuela en Navidad suele prepararse ponche de crema, torta negra, manjar, arroz con leche y quesillo. En el estado Zulia y otros estados, los dulces típicos navideños pueden ser lechosa con piña, majarete y chocho ‘e vaca. Este último nació por inventiva de los lugareños del Sur del Lago de Maracaibo.
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Pero ¿por qué se llama Chocho ‘e vaca? Este nombre se lo atribuyeron los habitantes de Santa Bárbara, en el municipio Colón, por su esponjosidad y debido a que su forma es similar a la vagina de la vaca. Además, es elaborado con leche, que también es ordeñada de este animal. Combina lo amargo y dulce en una misma presentación cremosa y que empalaga.
El cocinero y asesor gastronómico Néstor Amesty, refiere que solo en el Zulia se le da este uso al citrus grandis (limonzón). Comenta que su origen proviene de la transculturización canaria: “Quienes introdujeron en la región la dulcería en las fiestas religiosas y principalmente el dulce de leche”.
Amesty añade también que el chocho ‘e vaca, al igual que el dulce de icaco (chrysobalanus icaco), «otro melado típico poco consumido que produce un resultado que es fantástico», destacó a El Pitazo.
Isabel Teresa Serrudo, quien tiene 66 años de edad y es analista de microbiología en una empresa láctea en Santa Bárbara, relata que su madre Ana Galué, quien falleció a la edad de 98 años, fue quien la enseñó a hacer la receta que, particularmente, hacen en familia en el mes de diciembre.
Su elaboración es con limonzón, un fruto cítrico parecido a la toronja, pero cuyo interior posee una pulpa blanda que es aprovechada para elaborar el dulce de limonzón y el calabazate.
Para elaborar el chocho ‘e vaca se prepara el melado de limonzones y luego se le vierte el líquido de un quesillo, otro dulce típico que forma parte de la identidad gastronómica en las celebraciones decembrinas venezolanas.
“Primero se le quita la piel a seis limonzones, se le extrae la corteza y se frotan con el líquido ácido del interior. También se pasan por agua caliente para quitarle un poco el sabor amargo. Luego se prepara agua y azúcar para obtener la miel, a la cual se le adiciona clavito de olor y canela. Allí hierve el dulce hasta hacerse miel y hasta que las fibras queden transparentes y de consistencia suave”, dice la zuliana.
Los calabazates melados son colocados en un bol o refractario de vidrio o metal. Aparte se procesa en licuadora el líquido para el quesillo, que se fusionara sobre las lonjas dulcineas.
“Colocamos cuatro huevos, una taza de leche en polvo, otra de azúcar, vainilla y ron. Inmediatamente de licuar se bañan los limonzones en el recipiente y se pone a hornear a fuego lento”, cuenta Isabel Teresa, quien afirma que su hija Marjorie aprendió mejor que ella a hacer la receta.
Dejar enfriar y servir es el siguiente paso. “Antes había más posibilidades y hacíamos muchas porciones para los visitantes; sin embargo, ahora todo se reduce a un pequeño platón para comerlo un solo día de las fiestas”, dice Isabel, quien aspira a volverlo a probar este año, junto a su familia.