Barquisimeto.- El secretario de reclamos del Sindicato de Trabajadores Eléctricos del estado Lara (Sitiel), Alberto Perozo, declaró a El Pitazo que Iribarren y parte de Palavecino se mantuvieron fuera del esquema de racionamiento –implementado en los otros siete municipios larenses– durante los últimos tres meses, pero no resultó sostenible para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
“Volvieron los cortes para proteger el sistema eléctrico y seguir dándole el servicio al resto de la población. Las comunidades de Barquisimeto estuvieron en una burbuja y pasaron a las mismas condiciones de racionamiento de los municipios foráneos [desde el apagón general de marzo de 2019]. El problema radica en la desinversión y la poca capacidad de mano de obra calificada que tenemos por la falta de incentivos para el personal: no tenemos contrato colectivo y cobramos salario mínimo”, señaló el vocero de los trabajadores de Corpoelec Lara en una entrevista telefónica ofrecida el 10 de octubre.
En septiembre y lo que va de octubre, habitantes de Barquisimeto y Cabudare han reportado cortes eléctricos de una y hasta cinco horas de duración, según Activos por la Luz, una iniciativa de la sociedad civil que monitorea las interrupciones y fluctuaciones de voltaje del servicio en 58 comunidades de Iribarren, Palavecino y Simón Planas.
Los miembros del grupo indican que Corpoelec no ha ofrecido explicaciones sobre el regreso de los cortes y sigue sin publicar un cronograma de racionamiento. Las redes sociales de la estatal se limitan a informar cuáles sectores quedarán sin el servicio, pero no aclaran la hora o duración de las interrupciones.
Respuestas tardías
Entre el 4 y 10 de octubre, la organización contabilizó cortes eléctricos en 28 sectores. Tres zonas residenciales del este de Barquisimeto, El Piñal, El Parral y Pedregal, pasaron 30 horas sin electricidad por la quema de un fusible. La urbanización Río Lama también permaneció 24 horas sin una fase por una avería. Afectados denunciaron reparaciones tardías de Corpoelec debido a la escasez de implementos para solventar las fallas.
“Los tiempos de respuesta a los usuarios están vinculados a la poca mano de obra calificada. Antes, cuando se generaba una incidencia, se le podría dar respuesta en 30 o 60 minutos. Se iba al sitio, se inspeccionaba y se solventaba la falla. Ahora pasan horas o incluso semanas para poder hacer las reparaciones. Sino tenemos los implementos para dar respuesta, como los transformadores, pudieran pasar hasta meses”, sostuvo Perozo.
De acuerdo con Sitiel, en Lara hay de 3.000 a 4.000 familias sin electricidad por la explosión de transformadores. Corpoelec no tiene equipos para sustituir los dañados, alertó el sindicalista.