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viernes, 29 marzo, 2024

A los 10 años de la explosión de Amuay nada se ha recuperado

La explosión en la refinería de Amuay ocurrió la madrugada del 25 de agosto de 2012. Fue una tragedia para las familias y la industria de la que no han podido recuperarse luego de 10 años

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Punto Fijo.- En Amuay, donde está la refinería que forma parte del Complejo Refinador Paraguaná (CRP), ubicado en el estado Falcón, aún quedan huellas de la  explosión por una fuga de gas que sacudió la zona el 25 de agosto del año 2012.

El Gobierno nacional informó que la tragedia dejó 55 muertos y 156 heridos; además de daños en las comunidades vecinas y por supuesto en la refinería, considerada una de las más grandes del mundo.

Ha pasado una década de la tragedia y las familias de las comunidades vecinas aún no se recuperan. Hay marcas de lo sucedido en todas partes y muchos todavía esperan por la ayuda que les prometió el gobierno de Hugo Chávez.

Comunidad Alí Primera

El Pitazo recorrió el sector Alí Primera, que creció en los alrededores de la refinería de Amuay. En el lugar aún hay escombros de las viviendas que cedieron por la explosión y otras que fueron demolidas por seguridad y sus familias mudadas a otros complejos habitacionales. También hay familias que aún esperan por la ayuda que les prometieron porque sus casas quedaron muy deterioradas por la explosión y, según los informes de los bomberos, debían abandonar el lugar.

Argenis Navarro habita junto a su esposa y sus dos hijos una casa que solo tiene la mitad del techo, los pisos están agrietados y algunas paredes las sostienen con palos para evitar que se caigan. La vivienda está ubicada justo frente de la refinería y desde allí se escucha claramente el fuerte sonido que emiten las máquinas encendidas.

En la vivienda de los Hidalgo solo existe la mitad del techo sostenido con piedras desde el día de la explosión hace 10 años. Foto: Irene Revilla

Aunque ya ellos están acostumbrados, la única preocupación es que las paredes se caigan y no tengan dónde dormir. «Gracias a Dios aquí casi no llueve, porque cuando eso pasa llueve más adentro que afuera. Además, el miedo es que la casa se caiga y no tenemos para dónde agarrar. Ya uno vive con la refinería al frente y se acostumbra a sus ruidos, pero la casa es una bomba de tiempo y no tenemos cómo arreglarla; la situación es cada vez peor, lo que uno medio consigue es para comer. Ella quedó así después de la explosión y no hemos podido hacerle nada», contó Navarro.

Orlando Garcés vive en una tasca al lado de la residencia de Navarro. Aunque recuerda la tragedia de Amuay, asegura que no le tiene miedo a la refinería, pues cree que los paraguaneros están acostumbrados a ella porque crecieron en el lugar. Sin embargo, luego de la explosión de la refinería no pudo mudarse a otro lugar.

Así como la vivienda de los Navarro está la infraestructura de Garcés, llena de huecos, sin parte del techo y con algunas paredes a punto de caer. «Recuerdo esa madrugada, son cosas que no se olvidan. Vi gente muerta, esto se llenó de organismos y la nube de humo no dejaba ver nada. Nunca abandoné mi hogar, solo veía todo desde aquí, creo que no me iría de este lugar, aquí estoy tranquilo», dijo Garcés.

Estas familias no han sido adiestradas para casos de emergencias y no saben cómo actuar cuando sucede alguna eventualidad. Recuerdan que la refinería había estado apagada en 2020 y cuando empezó a funcionar muchas veces corrían a las casas vecinas porque el miedo los invadía al notar ruidos y humos extraños. «Ya sabemos que está encendida, uno se acuesta con el Cristo en la boca, pero al escuchar cosas muy extrañas corremos a las calles vecinas», bromeó Argenis Navarro.

Orlando Garcés aún vive en lo que fue su tasca restaurante, que aun muestra los daños ocasionados tras la explosión. Foto: Irene Revilla

No se cumplieron todos los protocolos

El dirigente sindical de Petroleros Sin Fronteras, Carlos Colina, declaró que el Estado ha hecho caso omiso a las estrategias de seguridad que debería tener el Complejo Refinador Paraguaná, además de que muchas familias se quedaron esperando la indemnización de Pdvsa luego de que prácticamente perdieron sus casas.

«La refinería está rodeada de casas, no hay planes de seguridad, no se hacen prácticas para evacuar a las familias, mucho menos hay seguridad dentro de la refinería, porque tenemos una industria de remaches, con poca producción, los trabajadores no tienen los insumos de trabajo para su seguridad y por ello es oportuno que se haga un plan de seguridad que beneficie a las comunidades y a los trabajadores», afirmó.

Según el dirigente sindical, se otorgaron techos y mejoras a algunas viviendas, pero no se cumplió con el plan de mover las comunidades cercanas a otros lugares para cumplir con las normas internacionales de seguridad en las refinerías; quedaron muchas familias sin atención, mientras se creó e instaló un museo al cantor Alí Primera casi al frente de la refinería.

A esto se suman las necesidades básicas de los vecinos más vulnerables, como el sector Las Piedras, donde tienen graves problemas de aguas negras, falta de agua potable y gran cantidad de ranchos, incluso en cerros. A la hora de una emergencia en la refinería eso causaría la destrucción total de estas familias, muchas de ellas trabajadoras de la industria petrolera.

En la comunidad hay problemas de aguas negras y aún hay escombros de la explosión. Muchas familias se quedaron esperando la ayuda prometida por el gobierno de Chávez. Foto: Irene Revilla

Amuay ha recibido algunas mejoras

En lo que va de año, la refinería de Amuay ha recibido leves mejoras que se observan desde afuera, tal es el caso de la cerca perimetral y la limpieza de las áreas externas que en años anteriores habían sido abandonadas. Los trabajadores petroleros informaron a El Pitazo que también se han hecho mejoras dentro de las instalaciones: los muelles, el sistema eléctrico que funcionaba a medias, el transporte para la refinería; pero falta que se cumplan las mejoras salariales y beneficios, como la dotación de uniformes e implementos de seguridad.

La refinería de Amuay junto a Cardón conforman el Complejo Refinador Paraguaná, que tiene una capacidad de producción conjunta de 955.000 barriles por día. La refinería tiene operativa la unidad de craqueo catalítico que es enviado a Cardón para la producción de gasolina, actualmente entre 40.000 y 60.000 bpd, según trabajadores petroleros.

El exdiputado de la Asamblea Nacional por el estado Falcón, Luis Stefanelli, señala que el CRP fue catalogado uno de los tres más grandes del mundo y con la tragedia de Amuay se aceleró su definitiva destrucción. Fue orgullo de los venezolanos y en especial de los paraguaneros por ser uno de los productores de gasolina de calidad.

Frente al terrible hecho que conmocionó al país y al mundo, y que los falconianos no pueden olvidar, como fue esa madrugada del 25 de agosto de 2012, Pdvsa mantiene el discurso de que «se trató de un sabotaje» y se lo atribuyó a una acción internacional de interesados en una catástrofe.

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