Caracas. – Insultos, vejaciones y golpes son algunas de las situaciones que enfrentan los migrantes cuando llegan a sus destinos, sumado a eso están las diferentes dificultades que viven para poder desarrollarse libremente en esos países.
Venezuela vive, actualmente, la mayor oleada migratoria de la historia reciente de Latinoamérica, a consecuencia de la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa, y cada vez son más las denuncias de ataques xenófobos por parte de algunos ciudadanos y las autoridades hacia venezolanos.
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Políticas públicas para afrontar la xenofobia
Defensores de derechos humanos aseguran que la xenofobia es un problema estrictamente de los gobiernos y son ellos los que deben crear políticas públicas que garanticen la seguridad y la tranquilidad de los migrantes.
Partiendo de que la xenofobia es la discriminación a identidades o culturas diferentes a las nuestras. Es el miedo o rechazo a los extranjeros. ¿Cuáles serían las actitudes de los gobiernos para afrontar esta situación desde sus países?
A continuación, El Pitazo reúne una lista de acciones que son necesarias en todos los países para hacer frente a la xenofobia.
Los políticos deberán tener discursos conciliadores en los que promuevan mensajes de solidaridad y reconocimiento al migrante.
- Deberán diseñar políticas públicas de atención al extranjero.
- Promover acciones culturales que les permitan a los nacionales vincularse con los migrantes.
- Iniciar campañas comunicacionales que promueven el respeto y la solidaridad al migrante.
- Disminuir a través de programas de educación los mitos que conllevan a actitudes racistas y xenófobas.
- Reconocer y recordar la importancia de los derechos humanos.
Desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe también se han promovido diferentes iniciativas para combatir la xenofobia en la región. Señalan que la lucha contra la xenofobia es un problema que se debe abordar desde diferentes espacios y donde son necesarios todos los ciudadanos.
El respeto, la empatía y la solidaridad son necesarios para enfrentar este problema que, a pesar de los esfuerzos de muchas organizaciones, sigue creciendo.