Caracas.- Más de 13.000 migrantes venezolanos han cruzado la frontera entre Colombia y Venezuela, para trabajar en los cultivos de coca del municipio Tibú, conocido por tener al menos 20.000 hectáreas de siembra de coca, según expone un reportaje de El Espectador.
La investigación asegura que para 2021, quienes se dedicaban a raspar coca podían obtener ganancias suficientes para mantener a su familia y enviar remesas a sus familiares en Venezuela, pero la llegada del 2022 supuso un incremento en la crisis económica del municipio colombiano, lo que ha causado el declive del mercado.
En 2018, la población venezolana en Colombia se triplicó, según las cifras de Migración Colombia, la misma pasó de 403.000 a 1.170.000. En Tibú los migrantes acudieron a la única fuente de trabajo a la que podían ingresar: la raspa de coca.
“La coca es una pequeña empresa que le da empleo a muchas familias, y también le da la oportunidad a negocios porque desde el de la tienda, el carnicero, el del almacén de ropa, el de la farmacia, el del transporte, el de la moto, todos se ven beneficiados de esos recursos y los reparten en las necesidades de cada quien”, dijo César Ruiz, líder comunal de la zona.
Actualmente los venezolanos que raspan coca pueden llegar a generar ingresos que van de 80.000 a 120.000 pesos colombianos diarios, lo que equivale a ganancias de 17 a 26 dólares; ingresos que muchos aseguran que es imposible generar en Venezuela. Jennifer, una venezolana consultada por El Espectador, explica que 12.5 kilos de hojas de coca cuesta de 10.000 a 12.000 pesos, es decir que cada kilo se calcula aproximadamente a 1.000 pesos.
Las hojas recogidas por quienes raspan, son procesadas con cemento, cal, amonio, gasolina y ácido sulfúrico para obtener la pasta base que es vendida a dueños de los cultivos y a los compradores autorizados por las guerrillas. Los compradores llevarán la pasta a los cristalizaderos donde se procesa hasta convertirse en cocaína.
Condiciones precarias
Tibú es el octavo municipio con mayor presencia de población venezolana, con cerca de 13.600 migrantes, pero las cifras reales de venezolanos en Tibú puede significar entre el 30% y el 50% de toda la población. El alcalde de Tibú, Nelson Leal, explica que muchos venezolanos en el municipio se encuentran habitando en condiciones precarias pero Que no tienen la posibilidad de atenderlos.
«No podemos hacerles vías, alcantarillados, acueductos, ni nada por el estilo, porque la ley impide que nosotros hagamos eso en un predio que sea privado. Esos predios tienen dueño, han puesto sus quejas, han pedido desalojos, pero pues no podemos realizar ese tipo de desalojos. Ahí viven los migrantes, en precarias condiciones, en casas hechas rudimentariamente, con cuatro palitos y un plástico por encima”, explica.
Carlos Ruiz, coordinador de Catatumbo de Primera Urgencia Internacional, asegura que se contabilizan a 30.000 migrantes venezolanos que se mueven entre Tibú y Venezuela. «Al estar Tibú tan cerca de la frontera, hay personas que viven en ambos lados de la frontera, probablemente viven acá por periodos a lo largo del año, asociados a lo que son los tiempos de las siembras y las cosechas», dice.
Ruiz expone que debido a las malas condiciones en las que viven los venezolanos en el municipio, su salud se ve gravemente afectada. «Hemos visto de manera alarmante que hay bastantes infecciones respiratorias en niños, que no han sido tratadas y con temperaturas de fiebre bastante altas».
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