Caracas.- Más de mito que de historia verdadera tiene la versión que cada tanto circula en Colombia sobre el impacto de la migración masiva de venezolanos en los índices delictivos de ese país. Es la conclusión de diferentes organizaciones sobre la relación causal entre migración e incremento de la criminalidad.
“Más que una relación es una percepción”, dice Daniel Mejía, exsecretario de seguridad de la Alcaldía de Bogotá, al Proyecto Migración Venezuela. “En las cifras objetivas de crimen no se ve un aumento significativo de indicadores de captura de personas procedentes de Venezuela”, agrega.
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Para muestra un botón: el número de venezolanos capturados en Colombia desde 2015, año del inicio del masivo flujo migratorio, hasta 2019, solo llega a 2% de la totalidad de los detenidos en suelo colombiano, según cifras de la Policía Nacional analizadas por el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela.
Aún más: de acuerdo con la información del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) a mayo de 2020, los venezolanos que están en las cárceles de ese país y en prisión domiciliaria solo representan 1% del total de la población privada de la libertad en Colombia.
Ideas infundadas
Un análisis elaborado por los centros Migration Policy Institute (MPI) y Brookings Institution en Washington, Estados Unidos, también reveló que la idea del aumento de la delincuencia en Colombia debido a la migración de venezolanos es infundada.
El estudio publicado en septiembre pasado arrojó que los venezolanos cometen delitos violentos a una tasa proporcional menor, y su participación «ligeramente mayor en delitos no violentos» podría deberse al alto desempleo de migrantes y la existencia de redes de tráfico ilícito en las zonas fronterizas, donde se reportan en su mayoría.
Con anterioridad, las conclusiones de una primera investigación de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), con base en estadísticas de la Policía Nacional de los delitos de homicidios, lesiones personales, delitos sexuales y hurtos a personas entre 2016 y 2018, también fueron tajantes: “Las condiciones de seguridad en Colombia no se han visto afectadas por los migrantes venezolanos y estos se han insertado en las dinámicas colombianas comportándose como el grueso de la población”.
Dificultad para acceder a la justicia
Aunque entre 2018 y 2019 el número de venezolanos capturados casi se duplicó, según datos de la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, al pasar de 7.243 a 13.992, el director de seguridad y política criminal de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), Jerónimo Castillo, desconfía de ese aumento considerable.
“Los migrantes venezolanos son objeto particular del sistema penal y la Policía. Como no tienen documentos les es más difícil acceder al sistema de justicia y, por ende, son usados a menudo para dar resultados ante la opinión pública, lo cual hace que crezca esa percepción errónea en la sociedad”, sostuvo el experto al Proyecto Migración Venezuela.
Además, añadió que resulta obvio que con el aumento de la población migrante aumente también su participación en actividades legales e ilegales. Convertida en el primer país receptor de la migración forzada venezolana, en Colombia se encuentran residiendo más de 1,8 millones de venezolanos, de los más de 5,3 millones que han huido de su país ante la imposibilidad de subsistir allí.
«Lo peor que le puede pasar a la población migrante es que no se judicialice a quienes sí están cometiendo delitos, pues obviamente se genera una sensación de impunidad y eso perjudica a los venezolanos de bien, que son la mayoría”, agrega Castillo.
Percepción desfavorable
De hecho, en el imaginario de los colombianos persiste la idea de que los venezolanos migrantes generan inseguridad. Y esta percepción desfavorable ha crecido durante la pandemia, revela una investigación del Proyecto Migración Venezuela.
Para el periodo marzo-abril de 2020, más de 5 de cada 10 encuestados consideran que la migración es una amenaza para la seguridad ciudadana del país, frente a una relación de 4 de cada 10 reportada en julio de 2019.
El estrato medio y bajo colombiano, así como los encuestados con edades entre los 35 y 54 años, tienen las percepciones más desfavorables frente a la temática de seguridad, añade el estudio.
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“No resulta necesario, según el análisis exploratorio, el desarrollo de una política de seguridad ciudadana dirigida o enfocada en la población migrante. Por el contrario, resulta necesario desarrollar una política de seguridad integral en todo el territorio que contribuya a mejorar las condiciones de seguridad de todos los residentes del país”, indicó entre sus conclusiones la investigación de la Fundación Ideas para la Paz.
Venezolanos: víctimas de la criminalidad
Los venezolanos migrantes víctimas de la criminalidad en Colombia conforman la otra cara de la moneda de la que poco se habla. De acuerdo con cifras del Observatorio del Proyecto Migración Venezuela, 3,9% de los asesinatos ocurridos durante 2019 en Colombia se cometieron contra un venezolano migrante venezolano, lo que significa 23,2 homicidios por cada 100.000 habitantes en Colombia.
Aunque la tasa es inferior a la nacional (25), el Observatorio del Proyecto Migración Venezuela destaca que no ha parado de crecer desde 2016. También las lesiones personales contra los venezolanos migrantes preocupan a los especialistas. Al respecto, la tasa nacional fue de 23 casos por cada 10.000 habitantes, mientras que la de venezolanos llegó a 13.
«Las cifras van en aumento, pero el panorama puede ser aún más crítico si se tiene en cuenta el subregistro: cientos de ciudadanos venezolanos con estatus migratorio irregular temen denunciar por miedo a ser deportados», añade el Proyecto Migración Venezuela.