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jueves, 12 diciembre, 2024

Venezolanos convierten su pasión en un aporte a sus países de acogida

Es viernes y en El Pitazo estamos listos para compartir contigo una selección de nuestro boletín semanal Guayabo, escrito por Mireya Tabuas. Hoy, la periodista habla sobre cómo los venezolanos deciden aportar de forma positiva a sus países de acogida como un agradecimiento por las oportunidades que se les brindó de construir una nueva vida

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Caracas.- En esta nueva edición de Guayabo, el boletín de El Pitazo, la periodista Mireya Tabuas cuenta cómo los venezolanos deciden darle las gracias a los países que se convirtieron en su nuevo hogar. Sus paisanos destinan una parte de su rutina diaria para aportar en algo positivo a sus países de acogida.

Elianeth Pineda, una zuliana en Santiago de Chile, le contó a Tabuas que decidió postularse para trabajar de forma voluntaria en la organización de los Juegos Panamericanos, que se celebrarán en octubre y noviembre de este 2023 en Chile. 

Venezolanas encuentran un refugio en Argentina para empoderarse

Una de las preguntas que me hicieron en la entrevista fue qué me había motivado a apuntarme. Respondí que en parte quería retribuir a Chile por las nuevas oportunidades que me había dado. Lo cierto es que estoy muy agradecida con este país», explicó Pineda.

Por su parte, el venezolano Henry Rosales Monascal, ingeniero y apasionado por el béisbol, emigró a la Argentina en 2011 gracias a una oferta laboral. Su llegada al país austral no dejó a un lado sus ganas de continuar haciendo deporte y por cosas del azar logró conectarse con personas que mostraban interés en el softbol. 

Durante la pandemia, Rosales aprovechó el tiempo libre para participar en cursos ofrecidos por universidades sobre entrenamiento de softbol. También completó una capacitación en Baseball5 (conocido por los venezolanos como pelotica de goma), una nueva disciplina deportiva creada por la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol.

Actualmente, el venezolano colabora con el Club Luján Softbol en las categorías preinfantil y primera división. «Enseñar lo que uno sabe en otro país, sin ánimo de lucro y con gusto, sin duda es una retribución a ese país. Cuando vivía en Caracas siempre pensé que cuando me jubilara formaría una escuelita de beisbol para enseñar a niños a jugar este maravilloso deporte. Ese sueño no lo he perdido. En algún momento, cuando disponga de tiempo, lo haré acá en Argentina», dijo.

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