Caracas.- Después de 245 horas en huelga de hambre, los venezolanos Daniel Prado, Franklin Gómez y Oswaldo Dos Santos lograron que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Nueva York, Estados Unidos, se comprometiera a tratar la crisis de Venezuela.
«Dos gochos y un portugueseño nos propusimos a llevar la voz de todo un país ante las Naciones Unidas con el único objetivo de que lo que ocurre en nuestro país no quedase en omisión (…) Nunca estuvimos solos, porque siempre estuvimos con Dios. Nunca estuvimos solos porque todo un país nos apoyó desde el principio (…) Nos sentimos satisfechos de haber hecho nuestra parte en este proceso de libertad«, expuso Daniel Prado en su Instagram.
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Los manifestantes venezolanos lograron que la ONU publicara un informe preliminar que evidencia el fraude electoral en Venezuela. Además, entregaron un documento y solicitud para la aplicación de la fórmula Arria ante la misión de Ecuador en la ONU.
La Fórmula Arria es un proceso de consultas informales en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas impulsado en 1992, cuando el diplomático venezolano Diego Arria presidía el organismo.
¿Cómo surgió la idea de una huelga de hambre?
Daniel Moisés Prado Mura, de 28 años, contó a El Pitazo que jamás imaginó que su vida tomaría un rumbo tan drástico, llevándolo desde las calles de San Cristóbal, en el estado Táchira, hasta los alrededores de las Naciones Unidas en Nueva York.
Luego del 28 de julio, día en el que se realizaron las elecciones presidenciales en Venezuela, su historia resuena no solo como un testimonio de lucha personal, sino un grito colectivo de millones de venezolanos que se encuentran en el exterior añorando un cambio en su país.
La huelga de hambre, que comenzó como una idea compartida entre dos amigos (Daniel y Franklin), se ha convertido en un símbolo de resistencia para la comunidad venezolana en el exterior. Daniel, residenciado en Los Ángeles, y Franklin, residenciado en Miami, tomaron sus ahorros, renunciaron a sus empleos y se trasladaron a Nueva York para iniciar la huelga.
“Nosotros hemos puesto en pausa nuestras vidas, hemos renunciado a nuestros trabajos, agotado nuestros ahorros… Pero esto no se compara con lo que la gente en Venezuela está sacrificando (…) Nosotros entendemos que ya en Venezuela la gente ha dado todo lo que tenía que dar… Es hora de que la diáspora asuma su responsabilidad”, afirmó Prado.
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Durante los días que pasaron en ayuno, los venezolanos comenzaron a percibir el desgaste físico. Prado sufrió una infección urinaria después del cuarto día, ya que no habían podido bañarse. Sin embargo, destacó que la comunidad venezolana residenciada en Nueva York acudió a brindarles apoyo. “Tenemos muchísima suerte de contar con una gran cantidad de personas que se ha acercado y demostrado su apoyo incondicional”.
El 29 de julio, en la madrugada, el Consejo Nacional Electoral declaró ganador a Nicolás Maduro para un tercer período presidencial con 51,20 % de los votos, frente a 44,02 % para el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia. Sin embargo, la oposición aseguró que se cometió un fraude y que González es el verdadero ganador.
Tras los resultados emitidos por el CNE, se desataron protestas en el país: se exigió la publicación de las actas electorales para verificar la veracidad de las cifras presentadas. Mientras tanto, los venezolanos en el extranjero realizaron concentraciones pacíficas solicitando a la comunidad internacional que no reconozca dichos resultados.
Daniel Prado y su paso por la migración
La historia de Prado es la de miles de venezolanos que han tenido que huir de su país en busca de seguridad y oportunidades. Nacido en Ejido, estado Mérida, pero criado en San Cristóbal, tuvo una infancia marcada por la normalidad de la vida en Venezuela antes de la crisis. Sin embargo, todo cambió en 2017, cuando la represión y la violencia se convirtieron en el pan de cada día para quienes alzaban su voz contra el gobierno de Nicolás Maduro.
«Emigré porque fui parte de las protestas durante 2014 hasta 2017 y tuve varios encuentros cercanos con la policía, con los militares, con los colectivos. Mi familia fue acosada por miembros del Estado, yo fui acosado por miembros del Estado, y en ese momento mi mamá decidió que lo mejor era que yo emigrara«, cuenta Prado.
Su primer destino fue Perú, un país que, aunque ajeno, lo recibió con los brazos abiertos. Pero la vida de un inmigrante rara vez es fácil. “Trabajé de todo, hice de todo… Me tocó aprender muchas cosas, adaptarme a nuevas realidades, pero, eventualmente, tuve la oportunidad de reconectarme con lo que yo realmente amo y quiero hacer el resto de mi vida: el arte”.
A finales de 2019, Prado recibió una beca para estudiar actuación en una prestigiosa universidad de Los Ángeles, Estados Unidos. Su beca fue puesta en pausa para poder acudir a la huelga.
“Creo que para amar tu casa primero tienes que salir de ella. Nunca había amado tanto a Venezuela hasta el momento que ya no estuve en ella… Ahora quiero traer toda esta experiencia para ayudar a otras personas a desarrollar su potencial al máximo”, comenta.